El centenario Guillermo González cumple su «gran sueño» de volver a Isla

Hace ya veinte años que Guillermo, que actualmente vive en la residencia Colisée Miñano, en Álava, no visita Isla. Pero no hay día, cuentan María de la Iglesia y Maitane Ibáñez, profesionales que le atienden en el centro, que no hable de los maravillosos momentos que pasó en Cantabria. «Y de la fonda (hostería) San Emeterio en la que se alojaba en todos sus viajes». Su mayor deseo era volver al lugar en el que fue tan feliz. Y a punto de cumplir los 100 años - soplará las velas el próximo domingo - la Fundación Colisée ha hecho realidad ese sueño. Ayer, este mayor, con una prodigiosa memoria, pudo recorrer, otra vez, el bello entorno de las playas de Isla. La emoción le desbordó en algunos instantes. «Esto es fabuloso. No me merezco yo tanto», decía secándose las lágrimas con un pañuelo. «Esta sorpresa no está pagada».

Con los recuerdos nítidos en la mente, Guillermo explicó que Isla «ha cambiado mucho» desde que él la pisó por última vez. «Está todo hecho nuevo». La concejala de Cultura, Carmen Pérez, que le recibió con los brazos abiertos y le acompañó durante todo el recorrido, le detalló las mejoras que han transformado esta parte del pueblo. Y aprovechó para mostrarle las recientes piscinas de agua salada. La edil desbordaba ilusión ante tal entrañable 'turista'. «Me parece una iniciativa muy bonita y gratificante y estamos encantados de hacer todo lo que podamos por hacer felices a los mayores».

El centenario habló de los bailes por las noches en los hoteles y de los paseos en los que subía una cuesta empinada «hasta el repetidor», en alusión al camino que conduce a los acantilados. «Allí había una trinchera de ametralladoras», le explicó al alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, que se acercó a saludarle. «Sí, señor, tiene usted razón. De niños lo llamábamos la cueva de las ametralladoras (se trata de una antigua batería de defensa de la Guerra Civil) e íbamos a jugar allí», relató el regidor.

Como obsequio le regaló un pin con el escudo municipal y Carmen una taza y un termo con dibujos de los pimientos de Isla. Hasta Miguel Ángel Revilla le envió un vídeo de felicitación. Aunque, sin duda, lo que más ilusión le hizo a Guillermo fue un libro editado por el Ayuntamiento con fotografías antiguas de Isla. En cuanto lo abrió buscó la imagen en la que aparecen los propietarios de la fonda San Emeterio.

El hombre lamentaba que la hostería estuviera cerrada y no iba a poder volver al lugar en el que tan bien le trataron. Desconocía la sorpresa más especial. A la hora de la comida le trasladaron a este hospedaje donde le aguardaban sus dos hijos y personal de la residencia para celebrar por anticipado sus 100 años. «Es una persona maravillosa y una inspiración para todos». Vicente Moros, director de la Fundación Colisée, explicó que este viaje a isla se enmarca dentro del programa 'Vive tu sueño' con el que se busca estimular la salud emocional de los mayores que viven en las residencias y mejorar su calidad de vida. «Cualquier persona, independientemente de su edad puede hacer realidad sus sueños». Y el pequeño gran deseo de Guillermo ayer se cumplió.