Chiloeches no puede más
Manuel Solana Gómez
Martes, 20 de febrero 2018, 07:33
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Manuel Solana Gómez
Martes, 20 de febrero 2018, 07:33
Estamos en pleno Año Europeo del Patrimonio Cultural. Europa busca con ello la participación y acercamiento de los ciudadanos a su patrimonio cultural, fomentar la apreciación de nuestro rico patrimonio y reforzar el sentimiento de pertenencia al mismo espacio europeo común. Todo esto se ha ... hecho muy actual en Santoña, donde un puñado de vecinos lleva años pendiente de vitar la mutilación innecesaria y miope de Chiloeches; uno de los mejores ejemplos del barroco civil que queda en el Norte de España. Contra esos ciudadanos está el Ayuntamiento y la parte del Gobierno regional que está al servicio oficial de la cultura. Toda una paradoja, como se ve.
La novedad de esta lucha es que, por primera vez, en este inicio del 2018 se ha debatido en el Parlamento regional sobre si se tira o se preserva parte de Chiloeches. Da un poco de vergüenza ciudadana que se esté discutiendo ahora lo que ya protegía con claridad el Plan de Urbanismo de Santoña del año 1988, pero ésta es la realidad. Lo positivo es que por fin algunos parlamentarios regionales empiezan a posicionarse a barlovento de estos pujantes aires cultos que trae consigo este año.
Ya se sabe que en Santoña el Carnaval es muy potente y sabemos bien qué es un disfraz. No nos parece que sea una mascarada esta iniciativa de declarar conjunto protegido a todo el conjunto de Chiloeches y su trama urbana de jardín público. El hecho relevante es que se estuvo a punto de contar con la mayoría absoluta del Parlamento si el Partido Popular no se hubiera abstenido. Lástima que los partidos del Gobierno siguieran en contra.
El portavoz popular justificó la abstención porque entiende que la protección de todo Chiloeches debe de venir precedida por un informe riguroso hecho por técnicos en Patrimonio, Historia y Urbanismo que, según él, puede y debe hacerse en tres meses. Se infiere que, si contaran con esa evaluación favorable de los especialistas, el riesgo que correrían las vetustas piedras de Chiloeches sería, por fin, inexistente.
En la Asociación para la Protección del Patrimonio de Santoña se dice, desde hace meses, lo mismo que dicen ahora los populares, incluyendo que se indemnice con justicia a los dueños del edificio a proteger. Lo que ocurre es que no se les escucha. Mientras tanto, el poder organizado quiere asfixiar Chiloeches con bloques de viviendas sobre su parque público, o tirar una parte de él de hace 200 años llena de evocaciones históricas.
Pero es que además esa evaluación de Chiloeches ya se ha hecho hace unos meses en la Comisión del Patrimonio Edificado de la Consejería de Cultura. Los comisionados independientes expertos en Patrimonio manifestaron sus razones y voto favorables a preservar todo el conjunto. Uno de ellos es arquitecto en representación de su Colegio profesional; otro es ingeniero de Caminos urbanista representante de la Universidad y otro es historiador que no pudo asistir a esa reunión pero que defiende rotundamente la integridad de Chiloeches. Votaron en contra de la protección de todo el conjunto, y ganaron, los miembros políticos y funcionarios de la citada Comisión, es decir los no especialistas.
En Santoña estamos seguros de que muchos de los diputados, que votaron en contra de la protección total de Chiloeches o que se abstuvieron, no conocen este hecho de la evaluación técnica ya realizada por los expertos independientes. Pregunten por ese acta. Pero pidan sus señorías otra evaluación más, e incluso llamen a la puerta de Cantabria Nuestra, aquí en casa, o vayan a Madrid a Hispania Nostra y verán cómo les dicen que Chiloeches entero merece mucho la pena. Cómo no va a merecer protección un edificio y jardín que fue casa de nobles santoñeses asistentes a la expansión hispanoamericana; más tarde hospital de las fuerzas de Napoleón; y finalmente hospital militar español en el que estuvieron muchos heridos del desastre de annual.
Nada hay más ajeno a los estándares europeos de protección que tirar parte de edificios históricos o rehabilitarlos con obras impropias que retuercen sus espacios internos y les fuerzan con usos inadecuados. Pues bien, en Santoña no sólo se quiere derribar una parte del edificio sino que también se quieren hacer varias viviendas en el interior de lo que quede tras la mutilación.
Chiloeches debe de conservar su dignidad actual que dos siglos largos de vida han conformado en todo su aspecto interno y externo. Eso es conservar; lo demás es maquillaje rehabilitatorio. Sin embargo lo que está ocurriendo con Chiloeches en nuestra Cantabria es paletismo provinciano inculto.
Hay margen para la rectificación en el Parlamento y parece que hay mayoría en él a favor de los tiempos que corren. Pónganse de acuerdo los diputados y rebajen orgullos o tactismos. Se ha acabado el Carnaval. Que hablen los especialistas, pero déjenles hablar de una vez. Alguien tiene que dar un golpe encima de la mesa para llevar las cosas a su sitio y concitar el apoyo total a esa conservación. Chiloeches necesita, como tantas otras cosas, visión, liderazgo y generosidad. Chiloeches, sin los aires renovados de Europa que impregnen nuestras instituciones, no puede aguantar más.
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