La Cofradía de Santoña despide un año de récord
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La lonja santoñesa cierra un 2019 que ha sido «especialmente bueno» gracias a las costeras del bocarte y del bonito, que se han pescado cerca y en cantidadLa Cofradía de Pescadores Virgen del Puerto de Santoña ha cerrado otro año de récord. Al igual que sucediera el pasado ejercicio, este 2019 la lonja hace un balance más que satisfactorio. «Se ha vendido mucho pescado y a un precio razonable». ... Las cifras atestiguan estas palabras del secretario de la Cofradía, Luis Herrera. En estos doce meses se han subastado 12,6 millones de kilos que han generado unos ingresos de 23,6 millones de euros.
Pensar en repetir este arqueo a día de hoy parece imposible. Las previsiones para el 2020 no son nada halagüeñas tras los recortes anunciados recientemente por Bruselas y que han sido recibidas como un jarro de agua fría. La reducción del 40% en la cuota del chicharro y de un 3% en el cupo del bocarte han sido un duro varapalo para la flota de Cantabria que no oculta su desolación.
A la espera de lo que traerán las próximas campañas, hay que poner sobre la mesa un 2019 «especialmente bueno» gracias a las costeras de bocarte y de bonito. Ambas especies se han capturado cerca de casa, en grandes cantidades, y en el caso del bocarte, ha tenido un generoso tamaño, lo que ha hecho aumentar el precio medio de venta. No obstante, el secretario deja claro que este positivo cómputo tiene muchos matices ya que cada barco presenta sus propias circunstancias. Es decir, que a la Cofradía le haya ido muy bien no es extrapolable absolutamente a toda la flota local. «Para los de cerco, en general, ha sido un año muy bueno, aunque siempre hay algún barco que no ha ido a bonito y su balance no es tan boyante», apunta el secretario. «Y para la flota de artes fijas ha sido un año bastante complicado porque no ha habido apenas rape o merluza».
Como ya viene siendo habitual en las últimas temporadas, la costera de verdel puede compararse con una estrella fugaz. Es un visto y no visto. Apenas han salido las embarcaciones cuando ya tienen que regresar a casa pues han agotado la cuota en menos de diez días. «Es una costera muy discreta. De ser una de las importantes ha pasado a ser prescindible». En la Cofradía local se han vendido 1,8 millones de kilos, obteniéndose unos beneficios de 2,6 millones de euros. «Éste ha sido el año que menos cuota hemos tenido de verdel de la historia. Además, los barcos de fuera no han venido a vender aquí porque no les merecía la pena irse de casa y algunos de aquí lo han dado salida en Asturias, si les cuadraba más próximo». Así las cosas solo queda esperar al próximo mes de marzo, pues la cuota de esta especie se ha incrementado un 40%, aunque «no nos dan nada nuevo, sino que nos reponen las rebajas que hemos sufrido anteriormente». Lo única esperanza es que la primera campaña del año, la de verdel, se prolongue más de dos semanas y le dé algo de tiempo a la flota para saborearla.
El bocarte es el que más alegrías ha dejado este año a punto de cerrarse. En la Cofradía se han subastado 5, 8 millones de kilos que se han traducido en 12,3 millones de euros. Llama la atención que la cantidad es similar a la del año pasado cuando se vendieron 5 millones de kilos pero los ingresos son mucho más generosos. La razón es que se ha capturado bastante bocarte de tamaño grande. El más deseado por las fábricas para transformarlo en la apreciada anchoa. «Las conserveras no han tenido que buscar el pescado fuera. Lo han tenido aquí de buen tamaño, en cantidad y a buen precio».
La cuota fijada para el primer semestre se agotó antes de junio y lo mismo ha pasado en este segundo semestre que se ha cerrado antes de tiempo. «Los últimos años han sido buenos y éste el mejor de todos», asevera Herrera. Y es que al estar el cardumen a escasas millas la flota de otros puntos del Cantábrico ha descargado sus bodegas en Santoña. «El bocarte cada hora que pasa pierde valor y hay que ir rápidamente a puerto para venderlo». Las embarcaciones se decantan por la Cofradía Virgen del Puerto porque «es la lonja más grande, la que ofrece más servicios y en la que se concentran más compradores». Y en el caso de los barcos de casa al poder venderlo en su puerto la rentabilidad es mayor al no haber tanto desplazamiento. Para el 2020 la cuota de bocarte sufre una disminución de un 3% porque «al parecer los científicos están viendo menos biomasa de este pescado y por precaución han querido bajar el top» de capturas».
El tercer pilar de la actividad de la lonja es el bonito cuya costera ha tenido también un comportamiento excelente. Los datos arrojan una venta de 1,17 millones de kilos de túnidos con unos ingresos de 4,8 millones de euros. «Este año se ha vendido un poco menos porque nos cerraron a finales de agosto de forma prematura. Eso nos hizo daño porque los barcos lo estaban pescando bien y podíamos haber vendido otro par de semanas fuertes».
Que estas dos costeras hayan sido buenas ha permitido al sector sobrellevar los últimos meses del año que han sido «muy flojos» ya que los temporales les han tenido más tiempo de lo deseado amarrados a puerto.
La máxima preocupación para el 2020 es la gran bajada en el chicharro. Un 40%. «Es de lo que viven los barcos cuando no está a las dos costeras de bonito y bocarte. Se van a quedar sin ello para poder trabajar y no van a tener otra cosa porque apenas se está pescando la sardina del norte. Hay muy poca».
Tras el anuncio de Bruselas, las modificaciones en los TAC (Total Admisible de Captura) no son posibles. «Son cifras inamovibles. Lo único que se pueden hacer son pequeños parches. Entre determinadas zonas que son limítrofes pasar cantidades aquí y con algún país que tenga cuota hacer un intercambio. Que nos ceda chicharro y darle de otra especie que nos sobre». Además, todo esto se pedirá al Gobierno central y precisa del visto bueno de Bruselas.
Más allá de la venta de pescado, la Cofradía ha vivido un año «bueno» en cuanto a inversiones destinadas a mejorar las prestaciones de la lonja. En parte, gracias a los ingresos que está obteniendo en los últimos años y con la colaboración del Gobierno de Cantabria. En este 2019 se ha habilitado una nueva nave para las rederas, se han colocado torretas de suministro eléctrico para los barcos pequeños, se ha inaugurado otro pantalán y se ha puesto en funcionamiento el servicio automático de hielo en escamas. Además, actualmente la Consejería de Obras Públicas está construyendo un foso de carga en la zona de aparcamiento de los camiones.
Pero si algo se sienten orgullosos en la Cofradía es de que han consolidado su fiesta, la que celebran dentro de los actos patronales de septiembre. «Cada vez vienen más vecinos a la misa y al reparto de bonito. Esta edición, hemos estrenado el premio Faro del Pescador, que es algo que nos hacía mucha ilusión, y se lo concedimos a Lolo Vinatea, como homenaje a su trayectoria». En el 2020 vivirán otro momento relevante y emotivo con la publicación del libro que recordará la figura de Pepín, el que fuera radiotelefonistas de la emisora de la Cofradía de Pescadores.
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