Sin controles ni reservas en el Faro del Caballo
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Aunque desde el sábado hay que coger cita para acceder a este enclave, ayer la mayoría de visitantes bajó sin el permiso al no haber vigilanciaComo cualquier día soleado de este verano, ayer el Faro del Caballo de Santoña estaba de 'bote en bote'. Grupos de amigos, familias y parejas descendieron los 763 escalones que conducen a este enclave natural con total libertad. A pesar de que desde el ... pasado sábado es obligatorio reservar previamente el acceso a este recurso turístico para evitar su masificación, la mayoría de visitantes consultados 'in situ' por este periódico desconocía por completo la medida implantada. Y tampoco encontraron a personal autorizado vigilando la zona, ni requiriéndoles el justificante necesario.
Justo antes de empezar la empinada escalera, Zaida, que se había adelantado caminando a su grupo de amigos, les avisaba por teléfono de que «aquí no hay un chiringuito, ni nada; solo hay una caseta de madera cerrada». En esta instalación, según anunció el Gobierno de Cantabria, se van a realizar estos días controles aleatorios por parte de técnicos auxiliares del Medio Natural, los únicos con potestad para sancionar en este espacio público. «La medida la veo bien para poder disfrutar del faro con menos gente, pero sabiéndolo de antemano. Venimos de vacaciones desde un pueblo de Ávila y al buscar en internet sitios para visitar en Cantabria encontramos éste, y no leí nada de reserva previa», apunta la joven. Por suerte para ella, pudo llegar hasta la torre sin haber sacado el permiso obligatorio. Nadie se lo solicitó. «Con lo que cuesta subir por el monte hasta aquí, hubiera sido una faena no poder bajar», dice.
El sistema de reserva previa estará vigente hasta el 29 de septiembre. Se trata de una prueba piloto, puesta en marcha por Cantur y el Ayuntamiento de Santoña, con el fin de «conocer datos, dilucidar necesidades reales y poder ajustar la medida en un futuro». Los visitantes deben reservar a través de la página web municipal el día y seleccionar la franja horaria en la que van acceder a la zona de las escaleras y la plataforma del faro.
El permiso es necesario si acudes entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde. Se permite la estancia de 100 personas en franjas de dos horas. Amanda y su madre María Elena eran de las pocas visitantes que habían formalizado la obligada reserva. Estas madrileñas, que veranean «de toda la vida en Laredo» cogieron a primera hora la barca en El Puntal para hacer la ruta hasta el faro. «Me avisó una amiga y también vi la noticia en Telecantabria de que había que reservar», explica la hija, que se muestra en contra de la iniciativa. «Te están obligando a ir al faro a una hora determinada y limitando el tiempo para entrar y salir. Aquí vienes a disfrutar de la naturaleza y si quiero pasar el día en el faro con esto no es posible. Al monte no se va con un horario». Cree que es más necesario que «pongan a la guardia costera para que recoja la basura que la gente guarra deja tirada en el faro y que con el viento acaba en el mar». María Elena, por contra, entiende la medida «para evitar la masificación y conservar la naturaleza».
El sistema implantado también genera dudas a algunos turistas como Yoel, que considera «más razonable que se fije un aforo y que se controle el número de personas que entran al faro y, a medida que van saliendo, que otras accedan». Que se limite el tiempo que una persona puede estar en un espacio público «no lo veo bien», al tiempo que pone en duda la efectividad de los controles, «si no hay una persona en la caseta que controle continuamente el tránsito. De poco vale, si nadie mira si has hecho la reserva».
A pie de plataforma, David Soto recupera fuerzas comiendo un plátano, mientras decenas de jóvenes se toman fotos en el idílico entorno bañado por un mar azul turquesa. «En otros sitios como San Juan de Gaztelugatxe también lo han puesto y funciona bien. Es necesario cuidar los paisajes que tenemos». Al igual que otros muchos turistas, él no realizó la reserva porque desconocía la exigencia. «Se echan en falta carteles al comienzo de la ruta indicando que es necesario coger cita previa. Hay que darlo más difusión».
El alcalde de Santoña, Jesús Gullart, explicó que «de momento es una prueba piloto para testar y recabar datos de cara a implantar el mejor sistema de reservas posible para regular el acceso, controlar la masificación y evitar accidentes por imprudencias. En estas semanas los agentes del Medio Natural realizarán aleatoriamente una función informativa y apercibirán, pero no sancionarán salvo que se cometa una infracción muy grave».
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