A la cuarta tampoco va la vencida, 'Txuriko' y 'Vanda' no criarán juntos

Se esperaba que este fuera el año en el que 'Txuriko' y 'Vanda', la primera pareja de águilas pescadoras formada en la cornisa cantábrica en décadas, criara por primera vez en el nido al que regresan cada año en Marina de Cudeyo. La tranquilidad de la que han disfrutado las últimas semanas a causa del estado de alarma y el confinamiento de las personas propiciaba el mejor escenario para la reproducción. Finalmente, no ha habido huevos, y las rapaces ya han desistido por cuarta temporada consecutiva de su empeño. Dada la situación, y ante otros indicativos, se ha determinado que casi con total seguridad el problema está causado porque la hembra, 'Vanda', es muy mayor y ya ha sobrepasado su periodo vital de fertilidad.

El que ahora se caiga la esperanza de que las águilas rapaces críen no enturbia los logros conseguidos por el proyecto de reintroducción de esta especie llevado a cabo por la empresa Ecoturismo Bahía de Santander y Educación Ambiental junto al Ayuntamiento de Marina de Cudeyo, cuyo coordinador es el naturalista Carlos Sainz. De hecho, el programa comenzó en 2016 y a los pocos meses se asentó ahí la hembra, 'Vanda'. Semanas después arribó el macho, 'Txuriko'.

Pasaron tres temporadas en las que los dos ejemplares se daban cita cada marzo en su nido de la marisma del Conde tras regresar por separado de la migración. Pese a ello, y a que le pusieron ganas en su comportamiento de pareja reproductora (construyendo el nido, con aportes de material, peces y repetidas cópulas), nunca hubo huevo alguno. El pasado marzo parecía que era la ocasión perfecta, por la tranquilidad de la que gozarían al no detectarse actividad humana en las cercanías.

Ahora Sainz ha comunicado que, una vez más, no ha habido suerte. Hasta esta ocasión se achacó la situación a diferentes motivos, como por ejemplo la inexperiencia de la pareja o la perturbación que les generaban las embarcaciones, que pese a que la zona está considerada de Especial Conservación (ZEC) pasaban «demasiado cerca» del nido. Esos posibles desencadenantes ya se han descartado, y tras la experiencia de anteriores temporadas y consultar bibliografía y expertos en la especie, parece que el problema viene de mano de 'Vanda'. Con ello han confirmado la hipótesis que empezaban a manejar, y es que, dada la situación, «todo parece indicar que se trata de un ejemplar muy mayor», exponen desde el proyecto de conservación.

Sainz explica que «no es fácil determinar la edad de esta especie en ejemplares adultos a simple vista». Lo que ayuda, y mucho, es que estén anillados, como es el caso de 'Txuriko', del que gracias a su identificación se conoce que se trata de un macho escocés traslocado a la vecina Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en 2013. Sin embargo, poco se sabe de 'Vanda', que no está anillada. Por ello cuando apareció por primera vez en la bahía de Santander en 2017 se dedujo que se trataba de una joven en busca de un territorio de reproducción tras el primer retorno de su zona de invernada y, por tanto, no tendría más de dos o tres años.

No obstante, y aunque estamos hablando de una especie que suele ser fiel durante toda su vida, como explicó Sainz, se pueden encontrar excepciones en las que el macho termina repudiando a la hembra cuando detectan que, por la edad, comienzan a tener problemas reproductores. Hay casos documentados de ello, por ejemplo, en Andalucía y Rutland, en ambos lugares con hembras infértiles que tras dos años reuniéndose con su pareja no volvieron a aparecer. Además, en Marina de Cudeyo han contado con la opinión de un experto en estas aves, Roy Dennis, que también ha valorado que se trata de un ejemplar mayor, de más de 15 años, y, por tanto, «incapaz ya de hacer puesta alguna».

Así pues, tal y como traslada Sainz, una posibilidad es que 'Vanda' ya tuviera una pareja en algún otro lugar y cuando este le repudió ella buscó una segunda oportunidad, y la encontró en la marisma del Conde de mano de 'Txuriko'. A pesar de ello Sainz destaca que no se han hecho análisis que determinen su edad, con lo que «no hay nada certero», y no hay que descartar que en próximas temporadas pudiera haber una sorpresa.

No obstante, la conclusión no se antoja desacertada. «Lo cierto es que este año ya han abandonado el nido, unos diez días antes que el año pasado. Todo indica que la hembra no está preparada y que el macho lo percibe», destaca el naturalista. Lo que ahora está por ver es cómo se traduce esta situación en próximas temporadas. Sainz no descarta que 'Vanda' no regrese el marzo que viene por su avanzada edad. «Todo siempre es positivo, y al menos esta relación le ha servido de entrenamiento al macho y ha demostrado que el hábitat es idóneo para la reproducción», aprecia.

En el caso de que sí vuelva, podría ser que también apareciera una hembra más joven, puesto que a lo largo del año en otras épocas hay otros machos sobrevolando la bahía. «Hay mucho movimiento joven y empieza ha haber reclutamiento porque hay colonias con sobrepoblación». En tal caso, habría que ver si 'Txuriko' acepta a la savia nueva y si 'Vanda' está dispuesta a ver cómo le roban a su pareja ante ella, con lo que podría acabar expulsando a la forastera. «Nuestras esperanzas están puestas en que se forme una nueva pareja», confirma Sainz.

El naturalista reconoce que la situación tiene «un sabor agridulce», por todas las esperanzas puestas que había en que criaran «tanto de voluntarios del proyecto como vecinos de Marina de Cudeyo y otros lugares de España y Europa que siguen este proyecto». Sin embargo, el coordinador sigue destacando el logro que supuso para la conservación del águila pescadora en la península que en 2017 formaran la primera, y hasta hoy en día, única pareja estable en la cornisa cantábrica. Que no haya, por el momento, nueva vida no significa la muerte del proyecto. «Nosotros seguiremos trabajando para que las condiciones de vida de las Águilas pescadoras y del resto de las aves de la Bahía de Santander, sean lo más favorables», promete Sainz.