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Hacía tiempo que los vecinos habían alertado a la Policía Local de la acumulación de jóvenes en el aparcamiento que hay junto a la playa ... , a un lado de la urbanización de apartamentos Regollera, en la calle Castrejón de Noja; pero los tres agentes de servicio la noche del pasado sábado no pudieron bajar hasta las tres de la madrugada. Cuando llegaron encontraron unas 500 personas arremolinadas en torno a las litronas, sin mascarillas y muy «exaltados».
«Nos bajamos para tratar de disolverlos por las buenas, hablando, pero según nos vieron, empezaron a insultarnos, a llamarnos hijos de puta, a decir que los estábamos 'jodiendo' la fiesta», relata José Luis Revuelta, jefe de Policía en funciones y uno de los tres agentes operativos la noche de este sábado en Noja.
Muchos jóvenes se dispersaron, otros subieron a lo alto de las dunas o del parque que hay junto al aparcamiento, y decidieron emprender una batalla campal. «Empezaron a llover piedras, pero piedras gordas, y latas de cerveza llenas. Golpeaban a los coches, no sólo al nuestro, sino también a los otros que estaban estacionados».
Los propietarios de estos vehículos, también presentes allí, comenzaron a protestar al ver toda esa suerte de proyectiles improvisados caer sobre sus coches. «La cosa se puso tan fea que decidimos no actuar e irnos. De lo contrario, nos habrían linchado allí mismo, y además se iba a montar una pelea entre los que lanzaban cosas y los que tenían el coche aparcado».
A las cinco de la mañana, cuando los uniformados volvieron por la zona con las luces apagadas, para no hacerse notar, calcularon unas 1.200 personas arremolinadas en un espacio de poco más de 1.000 metros cuadrados.
«¿Dicen que esto es competencia nuestra porque es botellón? Están bebiendo en la calle, sí, pero esto no es sólo botellón. Son disturbios en toda regla y eso no es competencia nuestra», protesta Revuelta. «Nosotros tenemos muy buena relación con la Guardia Civil, obedecen órdenes, como nosotros, pero hay que entender que son ellos los que tienen que ser los responsables de velar por la seguridad ciudadana», subraya.
«Poco antes de las once de la noche se pasó un minuto la Usecid (Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil) que iba de camino a Castro Urdiales. Y para controlar toda esta demarcación (desde Ribamontán al Mar a Santoña) sólo hay disponible una patrulla de la Benemérita», explica la Policía Local.
La polémica por el despliegue de la Guardia Civil en el ayuntamiento ha dado mucho que hablar en la última semana. De un lado, el alcalde, el regionalista Miguel Ángel Lavín, exige que se incremente su presencia en el pueblo. De otro, en Delegación de Gobierno insisten que el cuerpo no está para perseguir el botellón, y que el primer problema lo tiene el ayuntamiento, que cuenta con una plantilla de Policía Local «muy mermada».
Por lo pronto el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Torre, confirmó este lunes que su intención es publicar el concurso público para cubrir tres nuevas plazas de Policía a mediados de este mes de julio. «Para el ayuntamiento es una prioridad», advirtió ayer a este periódico. «Lo que no se puede es que desde Delegación digan que hay en este ayuntamiento un dispositivo de Guardia Civil dos días a la semana porque no es así. Ellos vienen, sí, pero sólo hacen una pasada, porque entiendo perfectamente que tienen que atender a toda la comarca de Siete Villas».
Actualmente hay 13 agentes de Policía Local operativos en la comisaría de Noja. «Podríamos alcanzar la cifra de 18, según lo que nos corresponde por población», explica Revuelta. «Pero aún completando esos efectivos, tampoco podríamos dispersar 1.200 personas, porque nos comen».
Las dificultades se multiplican en verano, cuando la localidad incrementa su población de poco más de 2.600 vecinos a 80.000. Los jóvenes conocen esta debilidad que afecta a la seguridad, y la aprovechan para divertirse sin límites.
Sólo este fin de semana los agentes municipales impusieron 140 sanciones por consumir alcohol en la calle. «Nosotros hacemos nuestro trabajo, pero hasta donde podemos. No nos la podemos jugar», advierte el responsable de los policías locales de Noja.
Va a ser un verano complicado. Lo perciben en el ambiente, y se palpa en la reacción de la gente. «Están muy nerviosos. No hay respeto al uniforme. Cuando les piden que se identifiquen, se niegan y te exigen que les muestres la placa. Te amenazan, te insultan... La gente está muy rabiosa y es capaz de todo», lamenta Revuelta, que teme que este verano vaya a ser realmente complicado.
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