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Dos hombres de entre 20 y 30 años han sido detenidos por la Guardia Civil como supuestos autores de una «violenta» agresión sexual a una joven que tuvo lugar la madrugada del sábado al domingo en una vivienda de Noja. Según confirmó ayer ... la Comandancia de Cantabria, los dos implicados fueron arrestados el lunes, pasaron dos días en los calabozos mientras se desarrollaba la investigación y, tras ponerles a disposición judicial, fueron enviados a la prisión de El Dueso.
La víctima denunció los hechos a las pocas horas de que ocurrieran, aunque no han trascendido detalles sobre su declaración. A consecuencia de la agresión con penetración, tanto por vía vaginal como por vía anal, sufrió diversos desgarros internos e importantes heridas, por lo que tuvo que ser trasladada al hospital comarcal de Laredo, donde fue atendida por los facultativos. Al parecer, el informe médico encaja completamente con la versión que manifestó la agredida.
Aunque tanto la joven como los dos detenidos tienen fijada su residencia en la región, los varones son de nacionalidad colombiana. Según la investigación que ha llevado a cabo la Policía Judicial de la Guardia Civil de Santoña, no existía ningún vínculo previo entre los agresores y la víctima. Todo apunta a que coincidieron en una conocida discoteca de Noja, donde en ese instante -plena Semana Santa- se encontraba un gran número de personas de fiesta. Tras una conversación, en un momento de la noche dejaron el local y se desplazaron a la vivienda que aparece reflejada en la denuncia.
Por el momento, los agentes no tienen constancia de que la víctima abandonara el lugar contra su voluntad. En cualquier caso, en el interior del pub de Noja «no se produjo ningún altercado ni ninguna pelea», tal y como apuntan los testigos. A este respecto, la Guardia Civil está realizando distintos análisis toxicológicos para determinar si los detenidos u otras personas pudieron drogar a la joven con la intención de desactivar su capacidad de decisión o resistencia.
Los agentes también están repasando las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca de Noja para llevar a cabo la reconstrucción de los hechos. Allí, afirman que las personas que estaban en el lugar no vieron ningún indicio que hiciera presagiar este desenlace.
La detención de los dos supuestos autores se produjo el lunes y tras pasar a disposición judicial ingresaron en el penal de Santoña el miércoles. Estuvieron la primera noche en el módulo de ingresos y ayer quedaron en el módulo 1, el más grande del centro penitenciario. No consta que ninguno de ellos tenga antecedentes judiciales por hechos parecidos o de otra naturaleza.
Durante 2018 se contabilizaron 102 delitos sexuales de este tipo en Cantabria frente a los 84 de 2017. Supuso un aumento del 21%, porcentaje muy similar al del resto del país. Esto quiere decir que cada mes hubo una media de nueve denuncias por acosos, abusos, vejaciones, tocamientos y, en los casos más extremos, agresiones sexuales con penetración. De estos últimos hay constancia de ocho -aquí el dato no varía- y cinco de ellos ocurrieron en la capital, aunque la Policía Nacional confirmó que son episodios independientes sin ninguna relación entre sí.
El último caso similar que se dio en Noja también ocurrió en Semana Santa, la de 2010. Un joven vasco se encontró en las inmediaciones de un pub con una conocida de Baracaldo. Ambos deciden irse a un lugar más tranquilo y acabaron en un callejón, donde mantuvieron relaciones sexuales. Ella perdió casi toda su ropa y terminó rodeada de gente que la observa medio desnuda. En esta parte del relato coincidían las versiones de imputado y víctima, pero los matices ofrecidos ante la Audiencia de Cantabria en el juicio por agresión sexual eran radicalmente opuestos.
Él aseguró que fueron relaciones consentidas, ella, por contra, sostuvo que la penetró a la fuerza. Finalmente, la sentencia le condenó a seis años de prisión, le prohibió acercarse a ella durante 10 años y le obligó a pagar una indemnización de 12.000 euros en concepto de responsabilidad civil. El Tribunal señaló que mientras que el acusado sostuvo que ella accedió «voluntariamente», la versión de la joven fue «totalmente opuesta», ya que, aseguró que, aunque «quiso irse» el chico la «tiró al suelo», «la desnudo de cintura para abajo», y que no pudo hacer «nada» al estar «inmovilizada».
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