Escalante, hasta arriba de culines de sidra

La cita ha abierto sus puertas augurando un rotundo éxito de público. Tras tres años sin poder disfrutar del evento, familias, parejas y grupos de amigos despiden el último fin de semana de julio brindando por todo lo alto. Las autoridades, con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, a la cabeza, se han encargado de dar el culín de honor minutos después del mediodía.

La jornada transcurre entre música regional, charlas distendidas y risas, muchas risas. Eso sí, sin dejar de refrescar la garganta con la bebida más deseada. Lo primero que hacen los asistentes al llegar a la plaza es adquirir el vaso de cristal a 6 euros (grabado con un dibujo de la fiesta) que da vía libre a consumir cuanto se quisiera (aunque apelando a la moderación). Con el 'tesoro' entre las manos basta con acercarse a la 28 lagares instalados para ir probando las distintas sidras.

Detrás de ellos, un batallón de escanciadores – integrantes de la Asociación Pomológica de Escalante – trabajan sin perder el ritmo. Y es que son ya 21 ediciones y están más que curtidos en la tarea de verter la sidra desde lo alto sin que se caiga nada (casi nada) al suelo. Complicado a ojos del público pero más que fácil para estos voluntarios que, sin apenas darte cuenta, te llenan el vaso. Hay sidras para conquistar todos los paladares. De Galicia, Asturias, País Vasco, Cantabria (incluida la que elaboran en Escalante) y León. Y para forrar el estómago, se sirve un rico chorizo a la sidra.

Todo gira este sábado en la villa en torno a esta bebida. Hasta la fuente del pueblo mana sidra, mientras los más pequeños, justo al lado, demuestran directo cómo se elabora a partir de manzanas.

Tras un descanso vespertino, la degustación se retoma a las siete y media descorchándose más y más botellas verdes hasta agotar existencias. Se calcula que serán en torno a unas 8.000. Al caer la noche, no quedara ni un solo culín. Un verdadero homenaje a la sidra que en Escalante, que nunca defrauda.