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La historia de Juan Antonio Iribarnegaray Jado, fallecido hace unos días en Palma de Mallorca, donde residía, se ajusta perfectamente a la de un hombre adelantado a su tiempo. Un argumento siempre manido que, en este caso, tiene una total justificación. La cultura, el arte, ... el magisterio, la política, la alta gastronomía... fueron adjetivos que marcaron su devenir a lo largo de sus 85 años de vida.
Procedente de una ilustre y conocida familia trasmerana, principalmente en Escalante, -él nació en Vizcaya pero sus raíces están en este municipio-, Argoños e Isla, donde atesoraba numerosas propiedades, Juan Antonio comenzó a destacar como profesor de Historia del Arte en el Instituto José María de Pereda, de Santander, hoy IES Santa Clara. De aquel docente se acuerda el pintor Roberto Orallo, alumno suyo en el cuarto curso del antiguo Bachillerato. Ambos forjaron, desde entonces, y a pesar de la diferencia de edad, una gran amistad. «Era un profesor que tenía 23 o 24 años, entre un claustro muy mayor. Yo tenía 14», recuerda Orallo.
Gran conocedor del mundo del arte, amigo de numerosos pintores y escultores, abrió a principios de los años 90 el complejo hostelero San Román de Escalante, una auténtica revolución en aquella época, y en el que supo combinar con acierto la nueva cocina con numerosas exposiciones de obras de artistas de renombre. Juan Antonio Iribarnegaray fue el impulsor de un negocio en el que el cliente, comensal o aficionado, podía adquirir cualquiera de los objetos que decoraban el restaurante: muebles, lámparas, cuadros, esculturas... Todo ello en un marco incomparable y frente a una ermita románica del siglo XIII, hoy propiedad del Gobierno de Cantabria y que el ayuntamiento abre para visitas turísticas.
Con el chef ya desaparecido Aitor Besabe logró una estrella Michelin, que lució desde 1994 hasta 2003.
Iribarnegaray fue también alcalde de Escalante entre 1995 y 1999, dentro de las filas de la desaparecida UPCA, que presidió Juan Hormaechea. Durante su mandato realizó, entre otros, el catálogo monumental del municipio. Una de sus últimas acciones fue la cesión a la Comunidad Autónoma de un importante legado formado por unos 150 legajos, públicos y privados, algunos de los cuales datan de principios del siglo XVI.
Este sábado, a las ocho de la tarde, se celebrará un funeral en su memoria en el Convento de las Clarisas, en Escalante.
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