El Faro del Caballo recobra su esplendor

La espera ha merecido la pena. Tras cuatro meses cerrado por obras, la verja que prohibía el paso al Faro del Caballo - bien es cierto que muchos senderistas no la han respetado- ha sido retirada, dando vía libre al duro descenso (y ascenso) de los 763 escalones.

La actuación de acondicionamiento de este espacio ya está concluida. Este miércoles el ingeniero al frente del proyecto, Carlos Riaño, se ha acercado a supervisar los trabajos acometidos por la empresa Cantabria Casa Multiasistencia otorgando su visto bueno y procediendo a la recepción de la obra por parte del Ayuntamiento de Santoña. Se abría entonces, de nuevo, al público este rincón que cada verano acoge a miles de visitantes.

Aunque el adjudicatario de los trabajos, José María Martín, se resistía a anunciar una fecha de conclusión ya que el estado de la mar ha condicionado el desarrollo y avance de la intervención, finalmente ha estado lista para las inminentes vacaciones de Semana Santa. Unos días en los que este paraje es más que solicitado por aquellos que recalan en Cantabria con la lista de los sitios imprescindibles que conocer. Y el Faro del Caballo de Santoña, si se está ágil y en buenas condiciones físicas, es, sin duda, uno de ellos. Además, aquellos que ya lo conocen, ahora tienen otro buen motivo para acercarse a descubrir su nueva 'vestimenta'.

Cuando alcancen la plataforma, seguramente exhaustos tras bajar los más de 700 escalones, quedarán cautivados por este mágico lugar. Los vándalos y el inevitable paso del tiempo le habían robado parte de su belleza natural que, ahora, ha sido restaurada. La intervención, con un coste de 89.104 euros, de los cuales 62.127 euros han sido aportados por el Grupo de Acción Costera Oriental, le ha restituido su encanto. Ese es el objetivo que se había marcado el Ayuntamiento, una vez que la Autoridad Portuaria de Santander le cedió el pasado mayo el uso y la gestión de este lugar.

Los trabajos, aunque sencillos, se han visto encarecidos por la complejidad del acceso. El transporte del material se realizó por helicóptero a finales de noviembre y los operarios se han tenido que desplazar por vía marítima. Los días en que la meteorología ha sido favorables los trabajadores han cogido una lancha de la empresa Mundo Submarino en el puerto de Laredo - el recorrido es más directo- para acceder faro y ejecutar así las labores previstas.

El cambio más visible se aprecia en la plataforma. Antes prácticamente desnuda, sin apenas vegetación y con la tierra y el ladrillo a la vista, se ha cubierto ahora con piedra de laja dando un aspecto más uniforme. La torre se ha despojado de los grafitis que le cubrían prácticamente de arriba abajo. La labor de eliminarlos no ha sido fácil ya que, como ha señalado el contratista, las pinturas estaban muy pegadas. Aún así, ya no hay ni rastro de los grabados vandálicos y además, se ha protegido la pared del faro mediante un tratamiento de impermeabilización antigrafitis.

En la puerta y una pequeña ventana de la torre se han colocado unas rejas metálicas. El acceso a la parte superior del faro se mantendrá cerrado, ha indicado el alcalde Sergio Abascal, por indicaciones de la Autoridad Portuaria. Los peldaños que comunican la plataforma con el mar también sido completamente restaurados siendo ahora más regulares para evitar tropiezos. Además en un tramo de esta escalinata se ha dispuesto una barandilla para mejorar la seguridad. Por último, los muros perimetrales de la plataforma se han rematado para igualarlos ya que habían perdido parte de la piedra. Para ello, se ha empleado los ladrillos que se han retirado de la base del suelo reutilizando así el material.

El alcalde ha valorado muy positivamente el resultado de esta actuación «nada invasiva» que «tiene por objeto su integración en el entorno y la puesta en valor del lugar». Al respecto, ha apuntado que ha quedado «muy bien» el tramo de escaleras inferior. «Han utilizado la misma laja de piedra para algunos salientes-miradores dentro de la escalinata y se han rehabilitado todos y cada uno de los peldaños. Gana no solo en estética sino también en seguridad, sin perder de vista que son una escaleras enclavadas en un acantilado». «Estoy muy contento porque se ha hecho muy bien trabajo», ha remachado.

El acondicionamiento de la torre era uno de los firmes propósitos del Consistorio al asumir la gestión. Pero tiene por delante otro reto y no menos importante. Regular el acceso al faro en los meses de verano para evitar la masificación del paraje y evitar, en la medida de lo posible, los accidentes que se producen - en ocasiones por imprudencias de los visitantes - y que obligan a los rescates con el helicóptero del 112.

La medida estaba anunciada para este verano y el regidor asegura que la intención es implantar el sistema de reserva previa para visitar el faro en los meses de julio y agosto. Se pondrá en marcha con la colaboración de la empresa pública Cantur que se encargará de habilitar la plataforma online para gestionar las reservas, totalmente gratuitas, y dispondrá el personal necesario que regulará in situ el funcionamiento del servicio. La idea es limitar la afluencia a unas 300 personas al día.

El Consistorio ya cuenta con la autorización del Parque Natural para instalar una caseta al inicio de las escaleras. Y, hace unas tres semanas, ha comentado Abascal, «nos hemos reunido con Cantur, que se va a encargar de preparar un documento de convenio para firmar con el Ayuntamiento centrado en la implantación del servicio y las obligaciones que asume cada parte».