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En los últimos tiempos el Faro del Caballo, en Santoña, se ha convertido en un lugar masificado. La gran afluencia de visitantes es más que una evidencia pero, ¿cuántas personas llegan a acceder a este idílico rincón natural a lo largo de un año?
El ... interrogante ya tiene respuesta. En lo que vamos de este 2020 ha recibido unos 80.000 visitantes. Prácticamente el doble de los que acudieron en 2019. El dato se extrae de los contadores colocados en el monte Buciero por la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria. A mediados de 2018 se instalaron tres pares de sensores en distintas ubicaciones del paraje para saber la carga de visitas que soporta cada día.
Por todo el conjunto del monte han pasado este año unas 100.000 personas. De las cuales, el 80% acabaron descendiendo al Faro del Caballo. Se sabe por la ubicación de estos dispositivos dotados en su interior de un sistema de rayos infrarrojos. Es la pareja de contadores situada en un punto próximo al desvío al faro la que registra mayor actividad, especialmente en los meses de julio y agosto.
Antonio lucio, director general de medio natural
«Este 2020 se ha llegado a unos 80.000 visitantes. Es un año excepcional porque debido al covid ha habido una mayor afluencia de gente a los espacios naturales por la percepción real de que son áreas de menor riesgo. Es algo que ha ocurrido en todo el norte de España», explica el director general del Medio Natural, Antonio Lucio
La imponente cifra, que duplica a la del año pasado, se dio a conocer en la última reunión del Patronato del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Remarcando, eso sí, la «clara estacionalidad» de las visitas en el periodo de verano.
«El mes de agosto es el de más afluencia. En torno al 13 y 15 de agosto se llegó a registrar 1.500 personas en una jornada. El resto del verano la asistencia es de una media de 500 personas al día, contabilizándose los picos los fines de semana». En otras épocas del año las visitas son más puntuales y dependen mucho de la meteorología.
La importancia del dato, según Lucio, hay que leerla en su contexto territorial, en referencia a que «se trata de un sitio muy concreto con una gran concentración de personas». Y es que, por ejemplo, dice que el Parque Nacional de los Picos de Europa, en su vertiente de Cantabria, puede acercarse a los 1,7 millones de visitantes pero es «un espacio más amplio y la gente se distribuye».
En lo que compete a su Consejería, la de Medio Ambiente, estos datos les llevan a estar en alerta en materia de protección y conservación de la naturaleza. «El acceso al monte Buciero se produce por una senda concreta y puede llegar a sufrir problemas de erosión, aunque lo tenemos que ver a un periodo más largo. Lo que sí hemos detectado es el problema de la basura».
No obstante, y aunque no concierna a este departamento sino a Protección Civil, «compartimos la preocupación del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento por la seguridad». El director del Medio Natural es consciente de que «la confluencia de tantas personas en un lugar con unas evidentes limitaciones de acceso deriva en una mayor incidencia de accidentes y personas que rescatar. Sin ser una ruta peligrosísima, requiere de una cierta forma física y no tener ningún problema de salud porque el tramo de escalones es largo y estrecho y abajo hay que respetar la prohibición de tirarse al agua».
Desde la Consejería, que preside Guillermo Blanco, han mostrado su completa disposición a colaborar con el Ayuntamiento de Santoña en su intención de implantar un sistema de cita previa para regular el acceso al Faro del Caballo en verano. «En el Patronato se hablo de ello y el consejero dijo que nos parece una buena medida establecer un control de acceso. Colaboraremos tanto en la autorizaciones como en la valoración de la fórmulas que se planteen».
Para la Consejería, por su experiencia en otros parajes, no es impedimento fijar entre todos el número máximo de personas que puedan acceder al faro en un día. «El problema puede ser cómo se hace el control de esa limitación. Hay unas competencias que, en nuestra opinión, son municipales. Pero hemos quedado en estudiarlo y una vez se tenga clara la medida a implantar, veremos cómo se hace la operativa y qué capacidades tiene cada administración de llevar a cabo el control de ese acceso». Igualmente, añade, «colaboraremos con cartelería específica del sistema e informando en nuestros centros de interpretación».
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