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Están con la mirada clavada en el suelo, enfrascados en las labores de rejunte de la piedra que han colocado. No pueden contemplarlo detenidamente, pero el entorno que les rodea es de postal. El sol ha hecho acto de presencia a media mañana y ... su luz se refleja en un mar azul turquesa. Los cinco obreros que pululan por el Faro del Caballo de Santoña son unos privilegiados. Tienen para ellos solos un lugar tomado, cada verano, por miles de turistas. Su misión es devolver al famoso enclave parte de esa belleza que le han robado los vándalos y el inevitable paso del tiempo. Poco a poco, su trabajo va saliendo ya a la luz.
Desde que la empresa adjudicataria, Cantabria casa multiasistencia, radicada en Torrelavega, arrancara la actuación de acondicionamiento solo han podido acudir a trabajar siete días. «El tiempo es el que manda en esta obra. Si hay mala mar no se puede hacer nada», explica el gerente de la firma, José María Martín, a pie de faro. Para llegar a la torre se desplazan en una lancha de la empresa Mundo Submarino de Laredo. Solo pueden realizar el trayecto en condiciones meteorológicas favorables. «Tiene que haber poco viento y un coeficiente de marea bueno para desembarcar». Y es que saltar de la lancha a la escalera que da al agua (y viceversa) no es precisamente una tarea fácil. Los obreros han colocado unos neumáticos en los laterales de los primeros peldaños para ayudarse en el salto. Hay que estar ágil.
Lo han comprobado esta semana el alcalde, Sergio Abascal, y el concejal de Obras, Moisés Cué, que, acompañados por el ingeniero del proyecto, Carlos Riaño, han visitado -con su correspondiente trayecto de ida y vuelta en lancha- la evolución de una obra que están siguiendo por fotografías. «Teníamos pendiente venir y lo que hemos visto es que han avanzado bastante en los pocos días que han podido acudir a trabajar». La actuación en sí es «muy sencilla». Tanto que en otro entorno «estaría concluida en dos semanas», pero en el Faro del Caballo el acceso es «muy complejo».
El regidor constató que el pavimento de la plataforma está prácticamente finalizado en sus dos alturas. «La piedra de laja que se ha colocado se integra perfectamente con la roca caliza del monte Buciero», destacó. Al tratarse de un entorno natural se están empleando materiales lo más homogéneos al lugar. La torre se ha despojado de los grafitis que la cubrían prácticamente de arriba abajo. «Nos ha costado bastante eliminarlos porque al llevar mucho tiempo estaban muy pegados», cuenta el contratista. Abascal señala que la intención es proteger la pared del faro mediante un tratamiento de impermeabilización antigrafitis.
Las peldaños que comunican la plataforma con el mar también están siendo objeto de mejora. Los más deteriorados ya se han reparado para poder subir los propios obreros sin tropiezos y en los próximos días todos los escalones se dejarán uniformes. «En los dos descansos de la escalinata se pondrá un balaustre de seguridad», apuntó el regidor. Parte de los ladrillos que se han retirado del suelo de la base se están reutilizando para rematar e igualar los muros perimetrales, que habían perdido parte de la piedra.
El proyecto supone una inversión de 89.104 euros, de los cuales 62.127 euros son aportados por el Grupo de Acción Costera Oriental. El grueso del importe es para el transporte del material por helicóptero y para el desplazamiento de los obreros vía marítima. A la actuación le quedan unos diez días de trabajo, pero el contratista no se aventura a dar una fecha de finalización. El deseo es que, si el tiempo lo permite, esté lista para primavera. Las jornadas que pueden desplazarse salen a las 08.30 horas del puerto deportivo de Laredo y regresan a las 17.30 horas. «Siempre con luz por si hay algún incidente». Como ya van alargando los días, han adelantado la salida y retrasado la llegada media hora. «Comemos en el faro un bocadillo y es una maravilla. Se entiende que la gente haga el esfuerzo de venir a ver este lugar», dicen.
Aunque el acceso está cerrado durante las obras, «prácticamente cada jornada hay varias personas que saltan la verja colocada y bajan hasta el faro». Hasta los ladrones se han dejado caer por allí. «Un día nos encontramos con que nos habían robado las herramientas pequeñas (martillo, destornilladores, lijadora...) y desde entonces nos lo llevamos para casa».
Será este verano, anuncia el alcalde, cuando se implante el sistema de reserva previa para acceder al Faro del Caballo en los meses de julio y agosto. «Ya tenemos la autorización del Parque Natural para instalar una caseta al inicio de las escaleras. Ahora vamos a trabajar con Cantur para poner en marcha la plataforma digital de reservas y ellos se encargarán de contratar el personal que regule el funcionamiento del servicio».
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