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La flota pesquera de Cantabria encara la recta final de una costera del bonito para olvidar. Los bajos precios de las capturas unido al ... constante aumento del gasóleo han desembocado en una campaña «decepcionante» para el sector. Lejos queda aquella noticia publicada en este periódico, a principios de junio, informando de que los primeros túnidos de la temporada se cotizaban en la lonja de Santoña a 12,40 euros. Aquello se quedó en un espejismo. Y es que ya lo dicen los hombres de salitre: 'de la mar, agua', en referencia a que no se pueden hacer previsiones. Hay que valorarlo sobre la marcha.
Y, ahora, con una costera apurando sus últimas semanas el desánimo reina entre armadores y tripulaciones. El grueso de barcos de cacea se ha retirado -los pequeños cesaron hace ya un mes-, y solo se mantienen en danza algunas embarcaciones de vivero, que se lo piensan dos veces antes de salir faenar porque, a duras penas, cubren costes. La cuota disponible de bonito aún no se ha agotado. Para este año, recuerda el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria y patrón mayor del Cabildo de Laredo, César Nates, el Total Admisible de Capturas (TAC) asciende a 18.600 toneladas. Se ha consumido ya en torno al 89%, quedando por pescar unas 2.158 toneladas. ¿Se va a agotar? «Con las perspectivas que hay ahora yo creo que no», responde. Y su homólogo en la Cofradía de Santoña, Miguel Fernández, comparte el vaticinio.
La pasada costera tampoco se consumió al completo -quedó por capturar un 9%-, pero entonces el factor que jugó en contra fue el mal tiempo. Este año los precios, sostiene Nates, «nos han matado». Y es que el importe que se ha pagado en las subastas por el bonito ha bajado «más o menos» un 25%, cuando el precio del combustible «desde marzo a ahora se ha duplicado». Es decir, menos ingresos para cubrir cada vez más gastos. «Los precios han sido catastróficos», sentencia Fernández, desde el otro lado de la bahía; si bien recalca que la campaña en volumen de pesca ha sido «buena». De media, los de vivero han dado salida a los túnidos a tres euros el kilo o incluso menos, cuando el año pasado se vendió a 4,10 euros. El motivo de este descenso es que las conserveras no han acudido a comprar y ha ido todo para fresco, mayoristas y pescateros pequeños. No ha sido hasta finales de agosto cuando las fábricas han entrado a pujar, pero el precio de mercado para entonces ya estaba viciado a la baja. El patrón mayor de Santoña señala que las grandes conserveras han adquirido «muy poco», porque han optado por comprar los bonitos a barcos pelágicos a «precios irrisorios». «Ese pescado está en las fábricas españolas, lo tengo claro».
Las frases
César Nates «Con las perspectivas que hay no creo que la cuota se agote. Algunos barcos han salido, pero la costera no tiene pinta de alargarse»
Miguel Fernández «Las grandes conserveras han adquirido muy poco, porque han comprado el bonito a barcos pelágicos a precios irrisorios»
Esta caída de la cotización ha sido más acuciante especialmente cuando las embarcaciones han entrado a puerto todas a la vez con capturas elevadas, 20.000 o 25.000 kilos por barco. El fresco no era capaz de absorberlo todo. En esos casos, las grandes cantidades de túnidos salvaban, en parte, el balance económico de la marea. Lo que ocurre es que ya iniciado septiembre, el ritmo de las capturas se ha ralentizado. «Llevamos un mes en el que el mal tiempo no nos deja estar en la mar diez días seguidos», apunta Nates. Para esta fecha, la flota de vivero de la región suele faenar por la zona de A Coruña, pero «este año no nos ha dejado el tiempo y luego, han estado ahí los pelágicos que han arrasado con todo».
Algunos barcos de Laredo, Colindres y Santoña -estos últimos han vuelto a la mar el pasado jueves tras un descanso por las fiestas- están saliendo estos días a «hacer una intentona», aunque la costera «no tiene pinta de alargarse». En cualquier caso, ambos patrones recalcan que «no es excepcional» que el sector siga yendo a bonitos en octubre. Al contrario, lo que es insólito es lo que ocurrió en las costeras de entre el 2018 y 2021, cuando la actividad se cerró en agosto al consumirse la cuota. No obstante, remarca Nates, este año «tenemos medio millón de kilos más de cuota». Así, con las 16.500 toneladas que la flota ha subido a bordo a estas alturas se iguala ya a lo alcanzado en 2019, 2020 y 2021 y se supera lo de 2018. Es decir, el bonito ha dado la cara y ha rondado por el Cantábrico.
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euros el kilo se ha pagado de media este año, cuando el año pasado alcanzó los 4,10 euros
De hecho, el sector se las prometía felices pensando que se podían repetir los precios de 2022. Pero ni de lejos. «Que te cueste más salir a la mar por el gasoil y hacer un 25% menos de facturación pescando los mismos kilos, es duro». Los de cerco lo compensan con una buena campaña de la anchoa y del verdel. Sin embargo, los de cacea tuvieron una costera nefasta de verdel y solo han vendido bonito «mes y medio».
Y las opciones sobre la mesa no san halagüeñas porque «si vas a bonito ahora mismo pierdes dinero, pero tampoco hay nada que pescar. La sardina está cerrada en Cantabria, la anchoa no aparece y el jurel solo se puede capturar como pesca accesoria».
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Ana del Castillo
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