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Los primeros bocartes de la temporada ya han llegado a los puertos de Cantabria. La Cofradía de Pescadores Virgen del Puerto de Santoña ha subastado en la mañana de este miércoles 13.800 kilos de anchoa, que se han cotizado a una media de 4, ... 35 euros el kilo. Un precio al que también se han despachado los 7.000 kilos que han entrado en el puerto de Laredo. La cantidad desembarcada es testimonial, pero insufla ánimos a la flota pesquera en un arranque de costera marcado por los malos tiempos en alta mar.
El cardumen ha sido capturado cerca de casa, en el exterior del abra de Santoña, prácticamente detrás del monte Buciero. Es una anchoa pequeña, de entre 60 y 65 granos (unidades por kilo), que se ha vendido en su totalidad para el mercado de fresco. Las conserveras no entran a pujar por estas primeras largadas con un calibre lejos del ideal para la labor artesanal de las fábricas, que se decantan por un bocarte de una media de unos 30 granos.
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Ana Cobo
Para el patrón mayor de la lonja santoñesa, Miguel Fernández, el precio que se ha pagado por estas remesas tempraneras es «bueno». «Correcto para el tamaño de los ejemplares y teniendo en cuenta que también ha habido subastas por el Este«, ha valorado. De hecho, su cotización va ligada a que es lo primero de la temporada. Estos ejemplares pequeños en plena costera de primavera, -en abril y mayo-, habrían valido bastante menos.
Los malos tiempos han retrasado el inicio de la campaña. Oficialmente, comenzó el pasado viernes, aunque no ha sido hasta la tarde de ayer cuando la mayoría de las tripulaciones han salido a faenar. «Los partes no han acompañado y la flota ha estado esperando hasta ahora. Es un arranque testimonial. Por lo menos, han tocado algún grano. A ver cómo se va desarrollando esta semana y la que viene, que mejoran las previsiones meteorológicas», ha apuntado el patrón mayor, consciente de que lo bueno está aún por llegar.
En el puerto de Santoña el trasiego ha comenzado a las ocho de la mañana. El graznido de las gaviotas revoloteando y la sirena de la venta han anunciado la buena nueva. El primero barco en despachar el deseado bocarte ha sido el Padre Joaquín, seguido del Nuevo Libe, Siempre Landera, los gallegos Ollo Do Mar de Foz y Sin Querer Tres de Portonovo... a las nueve de la mañana ha arribado el Ermita Pilar..., y así, hasta un total de diez embarcaciones de cerco.
La lonja ha 'vuelto a la vida', tras unos meses de hibernación, con el ir y venir de los marineros con sus buzos amarillos y botas de agua. Sin perder el ritmo, han ido sacando las cajas de las bodegas, colocándolas en los palés y tirando de las transpaletas para llevar las muestras a la báscula y de seguido, a la sala de subastas, donde se congregaban expectantes los compradores. Aunque ha sido muy testimonial, por algunas cajas se han llegado a pagar 4,95 euros y a la baja, el precio se ha quedado en 3,30 euros.
«No es un aún bocarte propio de costera. Los barcos no pueden abrirse, no pueden buscar; los tiempos no están acompañando con bastante mar de fondo, pero esto acaba de empezar», ha remarcado Fernández. «Poco a poco irá a más, una vez los tiempos se asienten el bocarte va a dar señales de vida».
Uno de los primeros pesqueros en amarrar en la dársena del puerto santoñés ha sido el Nuevo Libe con 320 cajas. «Para nosotros no es el primero, porque hemos estrenado la costera este pasado martes con 40 cajas subastadas en el puerto de Bermeo», cuenta el patrón y armador Rubén Trueba. «De momento, hay poco bocarte. El agua está muy fría y cuando suba la temperatura, habrá más», ha aventurado.
Sin dejar de apilar las cajas, el pescador del Siempre Landera, Ismael Pérez, ha reconocido que había ganas de levar anclas. «Esto es nuestro pan». El joven ha explicado que «ahora es normal ir buscando el bocarte por un lado y por otro, no está en un punto concreto. En invierno, hemos tenido buen tiempo y ahora, cada semana viene diferente, y para la anchoa es bueno que haga calor».
El patrón del Ermita Pilar, Pablo Argos, es consciente de que «la gente está ansiosa. Todos andamos muy nerviosos». La experiencia le dice que «no hay que correr y se debe a esperar a que haya buen tiempo. Que se estabilice la mar, porque hay muchas marejadas y muchas borrascas». Su barco ha vuelto a tierra con 170 cajas que van directas a Mercadona por un precio medio de 4,50 euros. «Este año tenemos la cuota más alta desde la veda. Se ha añadido el excedente que no se pescó el segundo semestre de la pasada costera y los informes científicos de la biomasa son buenos», ha indicado. Su deseo es que la campaña sea como la pasada, que resultó para «enmarcar».
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