Las gradas exteriores del auditorio de Ajo cambian de cara

Estos días, Pastor da los últimos retoques a esta obra artística distribuida por los siete escalones que hacen las veces de grada lateral. En la propuesta, explica la alcaldesa de Bareyo, Ángela Ruiz, se han plasmado diferentes elementos representativos de los tres pueblos que conforman el municipio y que «son el nexo de unión».

En un primer golpe de vista – el creador indica que hay punto concreto en la plaza desde el que obtiene la mejor perspectiva-, se puede contemplar el multicolor Faro de Ajo, el convento de San Ildefonso, las iglesias de Bareyo y de Güemes, la Ojerada, la entrada a la ría o el molino de la Venera. Entrando en los detalles, se divisa un percebe, unas vacas que hacen referencia al sector ganadero, un surfista tomando olas en las playas y un joven practicando bolos. Entre todos, se cuela la silueta de una peregrina de las miles que cada caño recalan en el albergue de Güemes en su trayecto hacia Santiago de Compostela. Y solo los más curiosos encontrarán, escondido entre la vegetación, un trastolillo pintado con una paellera en sus manos, en alusión a este sabroso plato que se sirve en los restaurantes de la localidad.

La regidora señaló que la actuación se completará con la colocación de un cartel explicativo, que indicará dónde está cada símbolo y edificio pintado así como su historia. La particularidad de este mural es que tiene una doble perspectiva. Así, si se contemplan las escaleras desde la parte superior se aprecia otro dibujo protagonizado por los acantilados de Ajo.

Además, la cubierta del auditorio se ha pintado de verde simulando el prado de la finca del Faro de Ajo. El artista, que ha plasmado el grueso de la obra a pincel dejando el aerógrafo solo para las olas, calcula que la obra estará concluida en un par de semanas.

La regidora destacó que, además de embellece las gradas, también se ha querido sanear las escaleras que se habían estropeado por la humedad.