La huelga de basura de Santoña sigue, pero habrá servicios mínimos martes y sábados

La empresa concesionaria del servicio FCC y la representación sindical de los trabajadores (CCOO) han concluido la reunión de este jueves sin acercar posturas. Por segundo día consecutivo, no ha habido avances en la demanda de subida salarial acorde con el IPC, que exige la plantilla para el nuevo convenio colectivo.

El secretario general de la Federación de Hábitat de CCOO en Cantabria, Jesús de Cos, ha explicado a este periódico que la empresa sigue «cerrada en banda» a poner ni un euro de más, si el Ayuntamiento no le paga los 120.000 euros de pérdidas que arrastra con el contrato debido a la inflación. Sin ese dinero, se niega a atender la demanda de mejora salarial de los operarios alegando que «acumularía más déficit».

El Consistorio no está dispuesto a abonar ese importe, que es notablemente superior al estudio económico independiente encargado a una auditoría, que ha cifrado en 34.000 euros las pérdidas del servicio.

Para intentar mediar entre las partes, el alcalde Jesús Gullart, puso sobre la mesa diversas propuestas que no convencieron a los operarios. Y es que ellos están luchando por recuperar el poder adquisitivo en los cuatro años del convenio, desde 2023 hasta 2026. Sin embargo, la solución del Ayuntamiento no llegaría hasta mínimo el último trimestre de 2024.

El Consistorio se compromete a iniciar ya la tramitación de un nuevo pliego de licitación del servicio que incluya «un estudio de costes actualizado de cara a cubrir las necesidades salariales de los trabajadores, para que no pierdan poder adquisitivo» con la futura adjudicación. El problema es que el contrato vigente con FCC no concluye hasta septiembre de 2024, y, por tanto, el incremento salarial sería exclusivamente de esa fecha en adelante. «Queremos una subida salarial para este 2023 y eso no lo contempla nadie», apostilla el sindicalista. Los operarios lamentan que llevan perdiendo poder adquisitivo desde hace cuatro años y exigen cobrar «ni más ni menos, que lo que es suyo. Están hartos de perder dinero y derechos».

La otra proposición que se planteó requiere de tiempo, lo que supone prolongar la huelga bastantes días más. El Ayuntamiento se compromete a estudiar las alegaciones presentadas por la empresa concesionaria al estudio económico que valoró las perdidas en 34.000 euros. «El periodo de alegaciones no se cierra hasta el próximo jueves y luego hay que esperar al informe de Secretaría e Intervención para ver si da o no el visto bueno al pago», explica el secretario. Ese abono, dice el Ayuntamiento en un comunicado, sería en concepto de compensación y estará vinculado a que «la empresa lo destine exclusivamente al pago de retribuciones salariales de los trabajadores conforme a la negociación colectiva». De Cos dice que esa cantidad «en ningún caso daría para cubrir lo pactado y, además, la empresa hasta que no se lo den no pone un euro. Antes, nada».

Desde el sindicato, ante este callejón sin salida, pusieron sobre la mesa la idea de aparcar, por el momento, lo acordado y abordar una subida salarial que cubra el IPC perdido durante el tiempo que ha estado bloqueado el convenio, además de una paga extra que se consolide en las tablas salariales». Tampoco prosperó.

Tan encallado está el conflicto que este viernes se reunirán en asamblea los trabajadores para abordar los pasos a seguir para continuar con las negociaciones. De momento, no hay una nueva fecha para volverse a sentarse las partes.

Como la solución no iba a llegar, el Ayuntamiento retomó la negociación de los servicios mínimos. Los trabajadores aceptaron realizar la recogida y limpieza los martes de 7.00 a 13.00 horas y el sábado, de 7.00 a 11.00 y de 15.00 a 17.00 horas. Saldrán 5 de los 18 operarios de la plantilla. Inicialmente, eran reticentes a incluir el sábado por la tarde, pero cedieron para cubrir el mercadillo. En cualquier caso, estos servicios mínimos «acordes con la ley» se centrarán en aquellas zonas donde la acumulación de basuras genera un problema de salubridad pública, pero, en ningún caso, librará a las calles de Santoña de los desechos de una huelga que este viernes alcanza su séptimo día.