Inquietud en la industria conservera por la «mala» costera del bocarte

Sanfilippo apunta que las fábricas demandan un bocarte de menos de 45 granos (peces por kilo) para desarrollar su labor artesanal. «Y de este calibre se ha subastado muy poco». De hecho, dice, que hay conserveras que, a estas alturas, aún no han podido comprar nada de pescado. El sector transformador está «intranquilo». Para estas fechas, las empresas ya tenían que haber adquirido el 80% de las capturas que necesitan y en los almacenes el producto apenas alcanza entre un 10% y un 20%. «Las capturas grandes están siendo muy escasas y totalmente insuficientes. Solo ha habido un día, el 30 de abril, en el que ha habido pesca idónea para la industria, el resto no se está descargando nada de calidad. Abril ha sido un desastre y lo que va de mayo también». Las dos últimas semanas los barcos están cubriendo el cupo diario de 10.000 kilos, «pero es un calibre no apto para nosotros».

Las fábricas temen que «no vamos a poder abastecernos de la materia prima que necesitamos para poder mantener la actividad y cumplir con los contratos y clientes que tenemos». Y es que apenas quedan tres semanas de las consideradas 'fuertes' de la costera.

Desde Consesa reivindican que la actual explotación pesquera, primando las capturas pequeñas y en la zona que se está realizando, es «perjudicial» para la industria conservera nacional y, además, «nos perjudica respecto a la industria extranjera (Italia, Marruecos...) a la que le viene bien esta pesca pequeña para hacer boquerones». Sanfilippo pide que la situación «se revierta» y la flota «haga intentos para buscar el bocarte grande que se va a subastar a un mayor precio y va a generar más riqueza a cofradías y pescadores». Actualmente, se está faenando en la zona del País Vasco y cree que «el pescado más grande está más a occidente, a la altura de Santander y Gijón».

Una de las demandas que Consesa mantiene desde hace ya tiempo es que «haya un reparto de cuotas en función del tamaño de la pesca» para que haya «capturas de todos los calibres necesarios para los compradores; respetando que una parte de esa cuota se dirija a la industria conservera». Sanfilippo también aboga por las capturas de ejemplares más grandes para «hacer más sostenible el caladero».