

Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando recibe la llamada de El Diario Montañés, el médico de familia Jerónimo Morales dice, con humildad, que él «no ha hecho nada especial» como ... para merecer un reportaje. Se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidar de la salud de los vecinos de Noja durante casi 41 años, aunque no siente que esa haya sido una labor extraordinaria. No piensan lo mismo sus pacientes, que agradecen la «cercanía» y la «excelente atención» de este facultativo de Atención Primaria, que cuelga la bata con motivo de su jubilación.
Una despedida que le apena, a la vez que reconoce que ya era el momento de descansar. Y es que, con apenas 25 años desembarcó en esta villa procedente de su Murcia natal. «Tomé posesión de la plaza de médico titular de Noja el 27 de octubre de 1983 y he estado trabajando hasta el 28 de junio de 2024», apunta con ambas fechas vitales tatuadas en su memoria. Eligió este destino por amor –«la que luego fue mi esposa es de Santander»– y recuerda que se encontró un lugar muy distinto al que estaba habituado: «El entorno, la gente, el pueblo... fue una diferencia grande». Le acogieron con los brazos abiertos. Al principio vivió en la casa del médico –como era natural antaño– y enseguida se percató de que le gustaba la vida en este municipio costero de Trasmiera. «El trato con los vecinos ha sido muy bueno y educado. Nunca he tenido ningún problema con nadie y, después de tantos años, muchos de los pacientes ya son amigos». Sobre todo, de aquellos a los que ha tratado y curado desde que eran unos críos.
Si hay algo que valora de la especialidad de Medicina de Familia –relegada por las nuevas generaciones de facultativos a casi la última opción– es que el trato con los pacientes «es muy afable y muy cordial». En su caso, señala, nunca ha tenido que pasar por la tesitura de reñir con nadie. «Hay otros sitios donde los compañeros se quejan de que la gente es muy demandante e incluso, en algunos momentos, agresiva. Ese tipo de problema nunca ha existido en Noja. Me he jubilado porque me ha llegado la edad, pero yo estaba muy a gusto en mi consulta», relata. Y eso que la atención medica en esta localidad exige un sobreesfuerzo durante los meses de verano.
«Cuando vine había 1.300 habitantes empadronados y ahora hay el doble, aparte de la población turista desplazada, que son miles». Morales habla del contraste de los meses de invierno –«muy tranquilos, salvo cuando hay epidemia de gripe»– con los meses de verano, que reconoce que son «muy estresantes». No obstante, remarca que en los últimos tiempos «el Servicio Cántabro de Salud ha destinado más refuerzos y más apoyo en Noja y estábamos muy bien. Hace años suponía un trabajo tremendo mañana y tarde».
Para este veterano doctor la Atención Primaria debe caracterizarse por la accesibilidad. «El paciente siempre tiene que poder acceder al médico con facilidad, y eso lo he hecho lo mejor que he podido. Mi mayor interés ha sido ser muy accesible. Ahora hay profesionales que no piensan así, pero yo creo que el paciente tiene que poder hablar y consultar con el médico cuando lo precisa. Sin obstáculos y sin tener que esperar ni quince días ni una semana. Lo de las listas de espera es algo que se ha generalizado, pero siempre se puede hacer algo para evitarlo».
En estas cuatro décadas, Morales nunca se ha planteado cambiar de destino y si volviera a empezar de cero en el desarrollo de su carrera tiene claro que repetiría la experiencia de ejercer en el centro de salud de Noja. Los pacientes que sabían de su marcha le han transmitido estas últimas semanas su pena –«perdemos a un gran médico y una gran persona»– y, a la vez, le han deseado que disfrute de esta nueva etapa. «Me acordaré siempre de todos», asegura el facultativo.
Como reconocimiento a su dedicación incansable y servicio al pueblo, el Ayuntamiento le rindió un sencillo homenaje recientemente haciéndole entrega de una placa y un obsequio. La alcaldesa, Mireia Maza, le transmitió el cariño y el agradecimiento de todo el municipio. «Don Jerónimo ha cuidado de nosotros y de nuestras familias durante más de 40 años. Es una persona excepcional, así como un gran profesional que se ha preocupado siempre de todos los vecinos y siempre nos ha atendido con una amabilidad enorme», expresó la regidora. Una profunda vocación la de este buen doctor, que ha dejado un huella imborrable en Noja.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.