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La administración de loterías con más historia de Santoña, 'Doña Amalia', ha dado este sábado su mayor premio, 6 millones de euros, desde que abrió sus puertas allá por el año 1890. Ha sido en el sorteo de la Lotería Nacional, celebrado esta mañana, del ... que ha resultado premiado el número 03723. Cada boleto tiene un premio de 60.000 euros y como esta administración ha vendido la serie entera, es decir, cien décimos, la cantidad que ha repartido alcanza los 6 millones (hasta ahora su mayor premio era de 4,3 millones en la Primitiva).
El lotero y responsable de esta administración, Francisco Gómez García, ha recibido la noticia con muchísima ilusión porque, una vez más (en junio repartió 600.000 euros también en La Lotería) , sabe que ha hecho feliz a unos cuantos de sus vecinos. «La mayoría de los premiados, principalmente vecinos de Santoña, están abonados a este número. De hecho, esta administración está abonada al número desde principios del año 1900». Según apunta Francisco fue el primer número al que se abonó la administración que regenta, que va ya por la cuarta generación.
«Estoy muy contento porque es el mayor premio que damos en toda nuestra historia y porque está muy repartido y unas tres cuartas partes de los premiados son vecinos de Santoña», reconocía emocionado, minutos después de dar el premio y mientras recibía a alguno de los premiados.
Las puertas de la administración 'Doña Amalia' se abrieron en noviembre de 1890 de la mano de Ricardo Meléndez dentro de la imprenta Meléndez. En 1930, su hija Amalia, la que le da nombre a la oficina, cogió el testigo y una década después trasladó el local a la calle Alfonso XII. «Al principio junto con la lotería vendía también artículos de papelería, librería, mercería, juguetes… hasta que se prohibió y se quedó solo con la venta de lotería», contó el pasado junio Francisco.
En 1985, se puso al frente la tercera generación, el hijo de Amalia, José Ramón Vidal, que estuvo hasta 2005 que dio el relevo a Francisco Gómez. Ahora están en la calle Cervantes, donde cada día reciben a decenas de vecinos y visitantes que acuden a probar suerte. «Para durar tantos años la atención al público es fundamental. Hay que ser cercano con el cliente y cuidar el trato».
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