Secciones
Servicios
Destacamos
Llevan un año preparando toda su artillería pesada. Almacenando munición en forma de cuplés y pasodobles que, al llegar el Carnaval, disparan, sin reparos, con la única intención de no dejar indiferente al público. A veces, sus emotivas 'balas' atraviesan el corazón. Otras, son tan ... irreverentes que provocan la carcajada. Lanzan 'cartuchos' comprometidos que remueven las conciencias y se guardan en la recámara 'proyectiles', con tan buenos golpes, que levantan a los aficionados de sus asientos para aplaudir y jalearles.
Santoña libró anoche la primera batalla de coplas del Carnaval marinero 2024. El telón se abrió de par en par para dar paso a su célebre concurso de murgas adultas. La primera sesión de preliminares arrancó con la actuación de cuatro agrupaciones. En liza, hay un total de doce conjuntos. Los que faltan desvelaran sus disfraces y letras esta noche (a las 23.00 horas) y mañana por la tarde ( a las 19.30 horas).
El espectáculo regresó a lo grande. La carpa de la plaza de San Antonio colgó el cartel de completo. Los aficionados tenían 'hambre' de carnaval, Y los murguistas desembarcaron con mucho que decir, o mejor dicho, por cantar. En su repertorio se coló Rubiales, Revilla, la suegra y hasta Ayuso con su «me gusta la fruta». La fiesta de la guasa y la ironía permite todo o casi todo por febrero. Lo saben bien los políticos locales que se llevaron los dardos más ácidos e ingeniosos.
En el cartel inaugural se mezcló la veteranía con la frescura de las primeras veces. Por el escenario pasaron dos de las murgas más consolidadas y premiadas como Frágile y Galipoteros, mientras que Las Niñas echan ya raíces con su tercera participación y Los Trotamurgas se estrenaron en el concurso, que no, en eso, de pisar las tablas.
A la nervios y la emoción de presentarse por primera vez, Los Trotamurgas añadieron la responsabilidad de abrir el concurso. Superaron el reto con creces. Y es que estos jóvenes vienen curtidos de otros grupos y con «ganas de chismorrear estos carnavales». Se metieron en la piel de los jubilados marineros que cada día se sientan en los bancos del muelle a «rumorear». Con canas, bastón y boina se mostraron dispuestos a «despellejar como un lobo» la vida de las gentes del pueblo.
Con la sabiduría que dan los años, lamentaron cómo ha cambiado el concurso de murgas, llegando a reprochar que «tanta profesionalidad no nos deja disfrutar» y censuraron que los vecinos en las redes sociales de grupos locales «viertan comentarios con maldad», que dañan la imagen de la villa.
Tiraron de mucha guasa para ironizar con que la «concejala de Deportes no ha corrido jamás, ni la han visto en mallas, ni saltando vallas» y a su edad, dijeron que no entienden la música tan «rara» de ahora, la del reguetón y el autotune. «El cantante parece que en la boca lleva tres polvorones y debajo del culo lleva los pantalones».
No se olvidaron de criticar la «mierda» de los perros que hay que esquivar en las aceras y antes de despedirse, denunciaron que «Cantabria vuelva a dejar a Santoña de lado», yendo «a Laredo las escuelas de la mar y siguen las cartillas en la capital».
Para original y sorprendente la propuesta de los Frágile que, en plenos carnavales, representaron el barco que pasea a la Virgen del Puerto por la bahía cada 7 de septiembre. En cubierta, no faltaba nadie. El alcalde, el obispo, el monaguillo, las manolas, la Policía Local, la Guardia Civil, las danzantes, los Ronceros... y hasta Revilla. Los vecinos volvieron de su mano a las fiestas patronales, sus sonidos y la alegría.
Aparcaron el jolgorio para reprobar con dureza las guerras, preguntándose «dónde están los organismos, los gobiernos, la ONU y las conciencias de Occidente ...mientras la putas bombas van a niños indefensos». En los cuplés sacaron punta a la «santa liada» de Rubiales en el Mundial «agarrándose los huevos como hacían los neardentales » y comiéndole la boca a una chiquilla. «Dijo que en la selección son todos una familia, pero yo nunca le he visto celebrar nada trincando el nabo de Nico Williams», bromearon.
Al ritmo de la charanga Los Ronceros, repasaron los mil y unos eventos de las fiestas. La tradición de ir a los toros «sin tener ni puta idea» con la entrada regalada y se cachondearon de Revilla, y de «su color especial» al gustarle beber «chupitos, un rosado o un espumoso». Se pone colorado y se pone a cantar..., le imitaron. Y para acabar la procesión marítima rindieron un emotivo homenaje a la patrona, a la Virgen del Puerto.
Dispuestas a leer el futuro salieron a escena Las Niñas. Ataviadas de las gitanas que te siguen romero en mano derrocharon desparpajo bailando flamencas sobre el escenario. Amenazaron con lanzar sus maldiciones, si las esquivas, aunque en febrero «convierten el tormento en magia».
Su mensaje más comprometido fue para la «gordofobia» y condenar que la sociedad juzgue y estereotipe a las mujeres por sus kilos. Pasaron revista a la gestión del nuevo gobierno satirizando que «ahora saca a concurso cualquier tipo de gestión y todos nuestros deseos salen a licitación». A renglón seguido cantaron que el alcalde «'no ha hecho na' de na'». «La mierda esa del Pasaje aún no me la has quitado y no me has analizado todavía los 'cagaos'. Como lo enreda, como lo enreda, el nuevo alcalde con las promesas que nunca nos llegan». Para rematar se mofaron de las luces de navidad que compararon con las de un «puticlub».
Ingeniosas dijeron que para ser más finas han echado el ojo a su «prima» Ayuso de la que se apuntan sus frases. «A mi me gusta la fruta y me mola tu madre», entonaron con desparpajo. Y la piel de gallina pusieron al público con su precioso recuerdo a Ángel Fernández Loza, el vecino fallecido hace unos días en un accidente de tráfico en los puentes y que durante décadas grabó con su cámara los carnavales.
Que en este certamen no está todo visto quedó patente con Los Galipoteros. Su disfraz de los personajes y sitios que dan nombre a las calles de la villa fascinó al respetable por su singularidad. Representaron a Cervantes, Juan de la Cosa, Carrero Blanco o Alfonso XII y viales emblemáticos como Las Huertas, Los Claveles o La Paz.
La historia de Santoña tomó vida por carnavales con estos poetas que reivindicaron volver a interpretar «piropos» a su pueblo en las letras de las murgas como se hacia antaño. Afearon la «maldad y el veneno de las redes sociales con perfiles falsos» y señalaron con dureza una página local que se ha convertido «en un mar de mierda politizado».
Con sorna recordaron los dos concejales que sacó Vox en las elecciones, que «luego fueron uno» y en su boca siempre está «El viva España». En el estribillo aseguraron con gracia que «hay más bares que calles» en Santoña y ante tantos viales sin asfaltar, «si se rompe el coche», animaron «a presentar la factura donde Caito (concejal de obras)».
Metidos en harina sacaron punta a la pasarela que se ha llevado el viento y a las cagadas de las gaviotas. Y trajeron a colación la «movida que hubo en campaña con Suso a cuenta del pump track». « Si entraba en el gobierno lo prometieron quitar y no ha quitado la pista ni el monumento que hay al lado». No faltó el tradicional y sano pique con Laredo. Se mofaron de que en las fiestas de Santoña hizo días de playa y allí les diluvió «en Carlos V y la batalla».
Antes de bajarse de las tablas rindieron tributo a la nueva calle dedicada al cofrade de la anchoa Víctor Ruiz Teja, ya fallecido. «La que nos faltaba en nuestro callejero y te debía todo un pueblo por dar valor a tu querida anchoa».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.