Las murgas infantiles de Santoña pegan el estirón

El espectáculo de exhibición – en la categoría infantil no hay concurso – ha pegado un notable estirón. El veneno adictivo del carnaval corre por las venas de los cerca de 170 pequeños que han cantado sus coplas e, incluso, han tocado guitarras y percusión. Emulando a sus mayores con grandes dosis de arte y desparpajo han hecho las delicias de un público – orgullosos padres, abuelos y demás familia – que han aplaudido a rabiar. Y es que ya solo por la valentía de salir a escena con sus coloridos disfraces y cálidas voces merecen un digno reconocimiento.

Los encargados de romper el hielo han sido los Galis con sus guerreros del Carnaval. Con la ilusión renovada, han recordado como antaño las murgas cantaban «por todas las esquinas» del pueblo y han pedido a los adultos que les den ejemplo de disfrutar de la fiesta. Este pasodoble lo han interpretado en lenguaje de signos como ya es habitual en este murga para contribuir a la inclusión. Con gracia han criticado que el día del Ruido la música dejará de sonar a las ocho de la tarde cuando ellos querían bailar la «noche entera» y han reclamado al alcalde, Jesús «superstar», que se «mueva» porque nos han quitado el hospital, el paro, y la escuela náutica.

Directos desde su laboratorio se han presentado los científicos de Los Canallitas. Con sus probetas repletas de mezclas han animado a crear inventos para que «no haya guerras ni maldad, ni a otros niños les falte el pan». Y aunque lo han intentado, ironizaron, no han conseguido el invento para que Suso y Sergio se «hagan amigos» en los Plenos. Como niños que son han confesado sentirse estresados con tantos deberes y actividades y se han puesto serios para reclamar a los políticos que dejen de pelearse para «centrarse en lo que vale más».

Ataviados de Cazafantasmas han pisado el escenario Los Majaretas, la murga infantil más veterana con 34 años de trayectoria. Sin dejar de apuntar con su arma de rayos láser han dado la bienvenida los Makynillas y han demandado que se cuide más el espectáculo infantil - igual que se hace con el de adultos- porque son «el futuro del carnaval». Al alcalde le han tirado sus dardos por su «fantasmada» de querer quitar las pista de pump truck que «disfrutamos todos los niños». Antes de despedirse, han lanzado un alegato rechazando las guerras.

Los Notas han anclado su barco en la plaza de San Antonio disfrazados de marineros. Es la agrupación más numerosa con 72 componentes. En sus estrofas han puesto en valor el trabajo y sacrificio de las mujeres que «luchan el doble» por lo que sueñan. Entre tempestades han parodiado una excursión por el Faro del Caballo lamentando que se tiren papeles, que suban al monte en tacones o se tiren al mar y haya que llamar a 112. Estos divertido grumetes antes de apagar sus voces han animado a todos a enrolarse en su barco y salir a disfrutar por las calles.

Por todo lo alto se han estrenado Los Makynillas representando a Barbie y Ken. Con su vestimenta fluorescente, y preparados para pasárselo de lo lindo, han reconocido y agradecido la labor de los que tiran de las murgas infantiles para renglón seguido, quejarse de que ha subido la gasolina, la luz, el agua, las chuches, «pero mis padres no me suben la paga». Siguiendo la moda musical, han defendido que a ellos les encanta el reguetón y al alcalde le han pedido que cubra los columpios. «Estoy enfadada e indigna', los niños no os importamos na'», han entonado al ritmo del Despechá de Rosalía. Y como broche han asegurado que han cumplido su sueño del cantarle el Carnaval.