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En la lista de planes turísticos para hacer este verano en Cantabria se ha colado la propuesta de visitar un belén. De primeras, puede resultar chocante contemplar un nacimiento más allá de las fechas navideñas, pero la constante afluencia de turistas y vecinos a la ... parroquia de San Martín de Tours, en Ajo (Bareyo), pone de manifiesto que las tradiciones, si es por una buena causa, se pueden modificar.
Desde el pasado 16 de julio y hasta el 27 de agosto, el pórtico de esta iglesia exhibe la espectacular recreación artística hasta ahora ceñida a los meses de diciembre y enero. Este año se ha hecho una excepción y ha abierto sus puertas en el estío con el fin de recaudar fondos para poder cambiar la iluminación analógica del belén a tecnología led. «Una vez pasadas las Navidades planteamos al párroco la idea de dejarlo colocado y abrir en verano ya que hay más visitantes y no nos puso ningún inconveniente», explican los vecinos que colaboran de manera altruista en el montaje al llegar la Navidad.
La entrada es libre y el donativo voluntario. Cualquier aportación, por pequeña que sea, es bien recibida. «Tenemos que cambiar el programador y toda la iluminación, lo que cuesta unos 2.000 euros». La mejora es necesaria e imprescindible. «Todas las luces para representar el amanecer y el anochecer son analógicas y, si falla alguna, ya no venden de repuesto porque son de colores». Por ello, deben de llevar a cabo sin falta la sustitución.
La acogida del belén está siendo excepcional. Se puede ver de martes a sábado, de 19.00 a 21.00 horas, y domingos y festivos, de 11.30 a 13.30 horas. Son muchos los que estos días, tras darse un chapuzón en las playas de Cuberris y Antuerta, se acercan hasta la iglesia a ver este belén de estilo hebreo. «Puede parecer que no pega, pero está acudiendo mucha gente de Bilbao, que tiene su segunda casa en Ajo, pero en Navidades no están aquí para poder verlo. También han venido turistas de Barcelona y hasta alemanes, que se quedan muy sorprendidos y nos dicen que es una idea muy buena».
El creador de este nacimiento es el actual alcalde de Bareyo, Pedro Prieto, un apasionado de los belenes desde niño. Con solo 14 años empezó a montar nacimientos en Noja, su pueblo natal, y desde hace tiempo se encarga, de forma desinteresada, de recrear el nacimiento en Ajo. Le ayudan vecinos del municipio como Isabel, María Ángeles, Mercedes, Joselín, Jesús, Amparo, Roberto, Juan, Ana, Modesto y Nacho, que pinta el mural del cielo. El belén mide 40 metros cuadrados y prácticamente todo está hecho a mano.
Prieto confecciona en sus ratos libres las casas y las montañas con escayola. La vegetación es natural. «Incluye dos bonsáis de 40 años de antigüedad y la hierba seca la cogí en Extremadura en unas vacaciones». Algunas de las figuras como el herrero o la panadera son móviles. Llama la atención un caballo que tira de una rueda que presiona unas olivas para sacar aceite. El agua, las piedras y la arena hacen la obra aún más realista. «El Misterio se representa con la forma de la Ojerada». Un guiño a uno de los atractivos naturales del pueblo. Todo está cuidado hasta el mínimo detalle. «Depende en el punto en el que te coloques a verlo descubres algo nuevo». Tardan en montarlo dos meses. «Ningún año se hace igual. Cambiamos la distribución para que parezca distinto». Merece y mucho la pena contemplarlo. El arte, dicen, «no entiende de estaciones».
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