Los pescadores deportivos se concentran en Santoña contra la prohibición de echar la caña en el paseo marítimo

El colectivo de pescadores deportivos se ha concentrado esta mañana en el Pasaje de Santoña para protestar por la modificación de la ordenanza municipal que les prohíbe realizar esta practica de recreo en el paseo marítimo durante el día. Actualmente, el Ayuntamiento solo les permite lanzar su cañas fuera del periodo de verano, en un horario restringido de nueve de la noche a nueve de la mañana. Y, con la obligación de hacerlo siempre desde la orilla de las playas, en vez desde la escollera como venían realizando tradicionalmente.

Este cambio en la normativa ha despertado la «indignación» y el «malestar» de los aficionados a esta modalidad. Reclaman al Ayuntamiento que anule esta modificación de la ordenanza de aprovechamiento playas, aprobada en Pleno diciembre de 2018, y que «nos deje libertad para pescar como teníamos antes».

Los pescadores deportivos entienden que no se posibilite está practica en horario diurno durante los meses estivales por la presencia de bañistas en los arenales, pero denuncian que Santoña es «el único municipio de Cantabria que no deja pescar por las noches en verano ni durante el día en invierno, cuando no perjudicamos a nadie. Estamos hartos ya de esta situación».

El Ayuntamiento justificó que esta medida se tomaba para «evitar los daños y riesgos que los aparejos y anzuelos utilizados pudieran causar a la integridad y seguridad del resto de usuarios de las playas y del paseo marítimo». Sin embargo, el grupo de amigos aficionados al surfcasting asegura que este modificación de la ordenanza es «ilegal».

«La ley de Costas en ningún punto faculta al ámbito municipal la prohibición de la práctica de la pesca deportiva de recreo, sino a la vigilancia y cumplimiento de las normas de seguridad y salubridad». La regulación de esta modalidad en aguas abiertas es «competencia estatal y exclusiva el Ministerio de Agricultura y Pesca».

A su juicio, la ordenanza municipal «tiene defectos de forma, invade competencias que no son suyas y está mal redactada porque no contempla un régimen sancionador y para ser legal debe incluirlo».

El asunto lo han abordado con el Seprona, que «nos han dicho que no incumplimos ninguna norma», y también se han reunido con el consejero de Pesca, Guillermo Blanco; y el jefe de Servicio de Conservación la Naturaleza, Ángel Serdio, que «nos han trasladado que el Ayuntamiento no tiene potestad para prohibirlo». También han pedido una reunión con el presidente de Cantabria y no descartan acudir a la vía judicial si el Ayuntamiento no da marcha atrás.

En la mañana de hoy se han concentrado en el Pasaje en torno 40 pescadores, que han colocado sus cañas a lo largo del paseo a modo de protesta. «No hemos querido reunir a más personas por una cuestión de seguridad y también hay muchos pescadores del País Vasco a los que les hubiera gustado estar presentes pero no han podido por los cierres perimetrales». Con la convocatoria los afectados han querido dar «visibilidad» a su queja y dejar claro que van hacer valer sus derechos.

Antes de aprobarse la ordenanza ya registraron un escrito en el Ayuntamiento apoyado por 700 firmas y se reunieron con el alcalde, Sergio Abascal y el edil, Fernando Palacio, que hicieron caso omiso a sus reclamaciones. El pasado mes de noviembre presentaron otro escrito y hasta ahora no han tenido ninguna respuesta. «Hace un año teníamos concertada una cita con el alcalde pero vino el covid y se ha retrasado todo. Queremos hablar para llegar a un entendimiento, pero vemos que no tienen ningún interés en recapacitar».

Los pescadores han reprochado a Abascal que no se siente con ellos y que en la mañana de hoy haya enviado a la Policía Local a la concentración. «Habría sido una buena oportunidad para venir hoy aquí a dialogar con nosotros». Los agentes les indicaron que no podían lanzar sus cañas al mar, aunque no impidieron que las colocaran solo a modo de protesta.

Los aficionados a esta modalidad defienden que en el paseo marítimo «hay espacio de sobra para todos y que es posible la convivencia entre pescadores y viandantes como se ha hecho siempre». Reconocen que »siempre hay algún indeseable que deja residuos, al igual que hay íncivicos que no recogen las casas de sus perros y los llevan sueltos por el Pasaje cuando está prohibido». Pero, para eso, añaden »está la Policía Local, para vigilar y sancionar a los que dejen restos». Lo que, a su juicio, no es comprensible, es que por «unos pescadores incívicos se castigue a todos con la prohibición».

Hasta ahora, cuentan, los agentes solo se han limitado a echarles cuando les han visto pescando pero no les han multado. Sí que reprochan que «un concejal del PRC nos ha llamado la atención para nos vayamos bajo amenaza de una multa de 1.200 euros». En el supuesto, añaden, de que «nos sancionen, lo recurriremos y se ganará porque no pueden hacerlo. Y, a raíz de eso, podremos iniciar un contencioso- administrativo contra el Consistorio».

Los pescadores lamentan que ahora mismo, en invierno, solo les está permitido pescar por la noche y tampoco pueden disfrutar de este deporte por el toque de queda. «El Pasaje es prácticamente el único sitio que tenemos». Esta situación, cuentan, afecta tanto a vecinos como a gente de otros municipios y comunidades que «venían de turismo a pescar a Santoña y se están marchando a otro sitios, como Laredo, donde sí pueden. Y esas persona hacían un gasto en comercios y bares del pueblo. Es una perdida de ingresos». Incluso, cuentan, que hay pescadores jubilados «que se han comprado un piso aquí porque se podía pescar y, ahora que no pueden, se plantean venderlo».

El alcalde, Segio Abascal, ha explicado que se trata de una decisión adoptada en Pleno y los grupo que lo aprobaron (PSOE, PRC y PP), «teníamos muy claro que las playas en verano son para el disfrute de los bañistas y viandantes». La pesca, ha remarcado, no está prohibida sino «limitada» y hay «un montón de sitios a los que pueden acudir que no sea el paseo marítimo».

El regidor asegura que la ordenanza municipal «se adapta a las normas y directrices del Gobierno de Cantabria e introduce cualquier otra consideración que estime oportuna que, para eso, es competencia del Ayuntamiento».

Abascal «respeta» la opinión de los pescadores pero, dice, que «también hay que preguntar a mucha gente que ha sufrido la ingesta de anzuelos por parte de sus mascotas y niños que los han pisado con el peligro que eso supone».

El alcalde no se cierra a dialogar, aunque advierte que «el equilibrio no es sencillo. No puede haber policías controlando constantemente por si alguno infringe. Y yo no veo que tiren cañas a la mar desde el Sardinero y el Paseo Pereda como quieren hacer aquí. El Pasaje no es una zona de pesca, sino el paseo marítimo del municipio».