Llega a Santoña el primer bonito de la temporada

Las embarcación ha amarrado en el puerto a las cuatro y media de la la madrugada. Durante dos horas han descargado una a una las apreciadas piezas de atún blanco en las tinas para la puja fijada a las siete de la mañana. La expectación en la lonja en los minutos previos ha sido máxima. Los compradores han aprovechado para echar un ojo a la mercancía expuesta y comprobar el tamaño y la calidad de los peces.

En su gran mayoría - mas de 5000 kilos- han sido de tamaño grande. Entre 7 y 12 kilos por ejemplar. Por las primeras cuatro tinas se han llegado a pagar 12,20 euros el kilo y el resto a 11,39 euros. La partida de tamaño medio o recortado, ha oscilado entre los 10,50 y 10, 39 euros el kilo, mientras que los denominados 'monos' en el argot pesquero, las piezas más pequeñas, se han despachado a unos 6,68 euros.

«Hemos traído menos bonito que el año pasado pero se ha vendido mucho mejor», ha señalado Lamadrid en el muelle tras una noche intensa. La comparación viene al caso porque este mismo barco fue el que inauguró en el puerto de Santoña la pasada campaña. Entonces, ha recordado, volvieron del Atlántico con más bonito del norte - capturaron unos 11.000 kilos-, pero como predominó el recortado, la cotización fue menor. Este 2024, «hemos traído menos cantidad, pero la mayoría es grande».

Para desmarcarse de otras embarcaciones que están dejando la carga en puertos más cercanos, como el de Burela y Avilés, la embarcación comillana ha optado por alargar unas millas más la travesía y estrenar la subasta de esta especie en la Cofradía de Nuestra Señora del Puerto. Una apuesta que ha tenido su recompensa. «Como el año pasado nos fue bien, hemos vuelto a probar en Santoña y ha sido buena decisión porque se ha pagado un poco más», ha destacado el armador.

En la misma línea se ha expresado el patrón mayor del Cabildo local, Miguel Fernández, que dejaba ver sus buenas sensaciones con este estreno. «El precio ha sido positivo. Frente a un puerto de referencia, como es el de Burela, hemos sacado un euro y pico de diferencia en la cotización media». Influye, ha apostillado, que «es el primer bonito y es la novedad».

Como es habitual, en los primeros días de junio, la flota artesanal, la de cacea, enfila hacia el Atlántico con el objetivo de dar el 'campanu' de esta especie. «Hemos tardado tres días y medio en ir y otros cuatro para volver», ha contado Lamadrid. Han regresado cuando se han percatado que los túnidos ya no picaban en el anzuelo de las varas. «La verdad es que no marcaba mucho pescado y costaba encontrarlo». Ha sido un visto y no visto. Y, eso, que en la zona faenan en torno a una treintena de barcos de la flotas del Cantábrico.

Ellos han tenido suerte. «La primera marea siempre es la mas dura y la que afrontas con más incertidumbre». Tras repostar y llenar el barco de víveres y hielo, el 'Gure Itxaropen, con seis hombres a bordo, « tiene previsto salir de nuevo en busca del cardumen pero, esta vez, por la zona del Cantábrico a ver si tropiezan alguna punta más cerca de la costa.

«Vamos a intentarlo por aquí a ver si aparece. Es un poco pronto, pero, como últimamente, se están adelantando las costeras hay que probar». Los dos últimos años se ha empezado a encontrar los bancos de túnidos en el Cantábrico para finales de este mes. El patrón mayor de Santoña cree que aún toca esperar. Y es que por estos lares, según tiene entendido, «no se ha tropezado nada de nada».

Las esperanzas de la flota de anzuelo están depositadas en la costera del bonito para conseguir enderezar el año. « El verdel ha sido un poco flojo y esperamos compensarlo con esta especie», ha confiado Lamadrid. Por su parte, los de cebo vivo aún están apurando los últimos kilos de la cuota de anchoa prevista para este primer semestre y en los próximos días fijarán todos sus esfuerzos en la tercera campaña del sector.