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Los primeros bonitos de Cantabria a 12 euros el kilo
El puerto de Santoña ha subastado a primera hora de este lunes 13.000 kilos capturados en el Atlántico por tres embarcaciones: el Gure Itxaropena, el Peñil González, y el Arantzazulo Izarra
El puerto de Santoña ha dado este lunes el pistoletazo de salida a la costera del bonito en Cantabria. A las siete de la mañana, ... sonaba el timbre en la sala de ventas de la Cofradía de Pescadores 'Virgen del Puerto' para arrancar la subasta de los casi 13.000 kilos descargados durante esta madrugada. La expectación en la puja ha sido máxima.
Los primeros túnidos de la temporada han llegado a bordo de tres embarcaciones: del Gure Itxaropena, de Comillas; el Peñil González, de San Vicente de la Barquera; y el Arantzazulo Izarra, de Hondarribia. Tras medio mes faenando en aguas del Atlántico han regresado a tierra con piezas de gran tamaño y calidad, que se han vendido íntegramente para el mercado de fresco.
El grueso de las capturas desembarcadas ha sido de tamaño grande. Muy grande, más bien. Y es que se han pesado piezas de entre 9 y 10,5 kilos. Por las primeras diez tinas -unos 1200 kilos- se han llegado a pagar has 13,10 euros el kilo (las ha comprado supermercados Lupa), fijándose la media de este calibre en unos 12 euros el kilo.
La partida de tamaño medio o recortado se ha cotizado a una media 10 euros el kilo, mientras que los denominados 'monos' en el argot pesquero, las piezas más pequeñas, se han despachado a unos 6 euros el kilo.
El patrón del Gure Itxaropena, Luis Lamadrid, se ha mostrado satisfecho a pie de puerto con las cifras alcanzadas en la puja. «El año pasado trajimos más kilos, pero, la verdad, es que se ha pagado bien y el precio nos ha solucionado esta primera marea». Tanto en 2024 como en 2023, esta embarcación también fue la que inauguró esta costera en el puerto de Santoña y ha querido volver a repetir la jugada, descartando la descarga en otras lonjas más cercanas como la de Burela o Avilés. «Otros años nos ha salido bien, vendiendo aquí a un precio igual o mejor que en otros puertos, y hoy nos ha vuelto a ir bien, aun entrando otros dos barcos más». El esfuerzo invertido ha tenido recompensa.
También el patrón del Peñil González ha apostado por alargar unas millas más la travesía y estrenar la campaña en Cantabria. «El primer bonito siempre se paga bien y como en Santoña hay más compradores, pensábamos que podía ser mejor subastar aquí», ha apuntado Jesús Peñil. Como su compañero estaba contento con el resultado. La primera marea, tan lejos de casa, es «muy arriesgada por la incertidumbre y puede darse el caso de venir sin nada». Pero, por su suerte, no ha sido así.
Precios «bastante buenos»
El patrón mayor de la Cofradía de Santoña, Miguel Fernández, ha compartido las buenas sensaciones. «Se ha vendido a un precio bastante bueno. En Asturias y Galicia ya ha habido subastas y nosotros es el primer bonito que vendemos y se han mantenido los precios a los que está el mercado». De estas primeras capturas, a Fernández le ha llamado la atención el tamaño del bonito grande de más de diez kilos. «No es normal tanta cantidad de pescado con este peso», ha valorado.
La tripulación del Gure Itxaropena, con seis hombres a bordo, ha pasado 18 días en alta mar. «Nos ha costado encontrar el bonito y la primera semana hemos dado muchas vueltas por el Atlántico. Hemos tenido que ir bastante lejos y muy al sur. Al final, hemos dado con ello y hemos capturado 4.500 kilos». Ambos patrones coinciden en que había «bastante pescado», pero «no comía bien». Vamos, que no terminaba de picar en el anzuelo de las varas. No saben dar una razón, - «quizás las aguas estaban más frías que otra veces-, pero han confiado en que «cuando se acerque al Cantábrico coma mejor»
En el Atlántico faenan estas semanas en torno a medio centenar de barcos de cacea, todos artesanales, de las flotas cántabra, vasca, asturiana y gallega. Salieron a mitad de mayo y regresan a puerto en cuanto llenan sus bodegas. «Son casi cuatro días para ir y otros cuatro para volver». Y entre medias, buscando y capturando el ansiado cardumen.
Pendientes de que entre en el Cantábrico
Ahora toca reponer víveres y afrontar la siguiente marea. Tienen claro que no se van a ir tan lejos. «Queremos probar por aquí», ha apuntado Lamadrid, consciente de que el calendario de las costeras está totalmente desdibujado y ya el año pasado «a principios de junio se tocó bonito por el Cantábrico». Antaño, había que espera hasta la festividad del Carmen, a mitad de julio. Peñil ha comentado que «por el momento, no hemos tropezado nada cerca, pero de una semana a otra te puede aparecer pescado por aquí. Esperamos que entre enseguida». El patrón mayor de Santoña ha recordado que en la campaña del año pasado, hacía el 7 de junio, ya se tropezó alguna punta de bonito del norte. «Lo único que se ha visto hasta hasta ahora es atún, pero están dando vueltas por aquí».
Y es que la flota de anzuelo tiene depositadas todas sus esperanzas en esta especie tras una campaña del verdel «totalmente desastrosa», en la que no se llegó ni al 20% de la cuota asignada, registrándose unas pérdidas económicas, que ansían compensar este verano. «Dependemos totalmente del bonito. Antes era la mitad del año pero, ahora, es mucho más«, ha asegurado Lamadrid. «Es una costera vital», ha apostillado el patrón mayor de la villa, que desea con todas sus fuerzas que este sector remonte. Por su parte, los barcos de vivero esperan dar por finiquitada esta semana la costera del bocarte - queda apenas medio millón de kilos por consumir del cupo asignado para el primer semestre del año- (se deja un 15% del total de la cuota para el segundo) y, de seguido, «se prepararan para estar listos y salir en cuanto se confirme que el bonito ha entrado al Cantábrico a alimentarse». Para 2025, el cupo de bonito es de 26 millones de kilos.
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