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Nadie quiere ser prisionero, pero ya reo, qué mejor lugar para cumplir condenas que el penal de El Dueso, la prisión con vistas al mar. Situado en el barrio santoñés de Dueso, junto al Monte Buciero, la colonia penitenciaria se creó en 1907 sobre una ... fortaleza militar de las tropas de Napoleón Bonaparte cuando ocuparon Santoña, y se proyectó pensando en trasladar a los presidiarios de las cárceles de África. Tras el cierre de la Prisión Provincial de Santander en 2009 es el único centro penitenciario que existe en Cantabria.
Ninguna provincia quería que se construyera una prisión en su territorio, pero en 1906 el Ayuntamiento de Santoña se ofreció al ver la oportunidad para deshacerse de una prisión en pleno casco urbano que resultaba insalubre. Además de esa condición, pidió la construcción de una carretera que atravesara la marisma y la traída de agua potable a la villa. La prisión se acondicionó, pero el Gobierno no cumplió ninguno de los compromisos que solicitaron los santoñeses.
Tras las obras de rehabilitación del fuerte de Napoleón, los primeros presos llegaron en diciembre de 1907 para trabajar en la construcción de la colonia penitenciaria. En un principio se preveía que el establecimiento tuviera capacidad para mil personas, con tres períodos de reclusión: aislamiento celular absoluto (en las noches), trabajo industrial y agrícola en comunidad y el de libertad intermedia dentro del régimen de trabajo en los talleres y campos de la colonia.
En los primeros años se acometieron intensos trabajos de desmonte y explanación y de desecación de las marismas. Luego se construyeron los edificios y dos depósitos de agua. El primer edificio construido fue un grupo de talleres, en el suroeste de la prisión. Además de dedicarse a la construcción del establecimiento, los presos trabajaban en los talleres de forja, cerrajería y carpintería. Antes de 1912 se organizaron enseñanzas de carácter agrícola con el fin de obtener productos que pudieran consumirse dentro de la prisión y así cultivar la tierra desecada de más de seiscientas hectáreas. También se pusieron en explotación varias canteras para la obtención de piedra con la que cerrar el perímetro y se instaló el alumbrado nocturno, esencial para la seguridad y vigilancia.
Las obras tuvieron bastantes problemas de carácter económico y el penal no se levantó siguiendo los ambiciosos planes que se habían programado, de tal manera que en los primeros años sólo se construyeron tres edificios, uno de ellos, el más grande, denominado Departamento Número 1 Celular (1916). Estaba hecho con mampostería con forjados de hormigón y tenía tres plantas con 312 celdas individuales, 18 retretes, 15 urinarios colectivos y 75 lavabos individuales. Más tarde se fueron levantando más construcciones que se destinaron a enfermería, escuelas, bibliotecas y a la ampliación del penal en general con otros importantes bloques.
Desde el 25 de agosto de 1937 el penal estaba controlado por las tropas italianas como campo de concentración de detenidos republicanos, llegando a más de tres mil prisioneros. Pero en los primeros días de septiembre fueron obligados a ceder el control del campo a las tropas de Franco que empeoraron las condiciones de vida de la prisión y ejecutaron más de medio millar de sentencias de muerte. Ya en la posguerra destacaron los intentos de evasión de los maquis, de clandestinos del Partido Comunista, los odios y rencores entre anarquistas y comunistas que también se manifestaron dentro de la prisión, y a partir de los años sesenta, la virulenta presencia de los terroristas de ETA. También cumplieron penas en El Dueso personajes famosos, como el general Sanjurjo que fue condenado tras su fallido levantamiento militar de 1932; Eleuterio Sánchez, 'El Lute', artista de la evasión que al salir se transformaría en un abogado autor de libros; los dramaturgos Cipriano Rivas Cherif y Antonio Buero Vallejo, el líder socialista Ramón Rubial; el único condenado por el asesinato de los marqueses de Urquijo, Rafa Escobedo que se suicidó en su celda en 1988; el exalcalde de Castro, Fernando Muguruza y más recientemente el expresidente del Racing, Ángel Lavín, primer dirigente del fútbol español que es encerrado por delitos durante su gestión en un club.
El Dueso proporciona una sensación de estar en libertad. Hay una fuente con bancos que preside el amplio patio del recinto con pistas de tenis, de fútbol (donde ha llegado a jugar el Racing de veteranos) y un gimnasio al aire libre. En la zona más cercana al mar hay una gran extensión de césped para tomar el sol mientras puede escuchar el sonido de las olas del mar.
En la actualidad, gracias al perfil de los presos, El Dueso programa habituales salidas de los internos para realizar actividades como limpiar la playa o las escaleras del Faro del Caballo. Aprovechando la cercanía de las marismas de Santoña, se ha desarrollado un proyecto de formación ambiental con los internos del penal con paseos ornitológicos, proyecto que recibió en 2005 el Premio Europeo de la Organización Mundial de la Salud a las Buenas Prácticas de Salud Penitenciaria.
En la actualidad cuenta con 302 internos y con 260 empleados entre funcionarios y personal laboral.
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