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«Están muy cansados, tristes y sobre todo desolados, porque han perdido su barco y toda la pesca. Pero lo importante es que están sanos y salvos». Así resume Miguel Fernández, presidente de la Cofradía de Pescadores de Santoña y también de la Federación de ... Cofradías de Pescadores de Cantabria, el sentir de los ocho tripulantes del pesquero santoñés 'Marhvin', que se hundió la pasada madrugada a 53 millas al norte de Punta Galea (Vizcaya). Los ocho marineros fueron rescatados por otro barco de la localidad, el 'Nuevo Salvador Padre', que faenaba en la misma zona y, posteriormente, fueron trasladados al puerto de Santoña por la embarcación de Salvamento Marítimo.
Ninguno de los afectados por el accidente hizo declaraciones públicas. El disgusto por la pérdida de su principal herramienta de trabajo –, además, cargada de bonitos– fue tan grande que se quedaron sin palabras.
El que sí contó con detalle todo lo sucedido fue el patrón mayor de Santoña, que siguió a pie de puerto todo lo que conllevó el rescate, que se prolongó por espacio de más de seis horas.
Después de catorce días de faena pescando bonitos, el 'Marhvin' se disponía a poner rumbo al puerto de Santoña con la intención de vender hoy, martes, la pesca conseguida durante todo ese tiempo. Pero todo se torció sobre las once y cuarto de la noche del domingo cuando este barco del cerco (de 24 metros de eslora), dado de alta en el año 1992 (anteriormente se llamó 'Siempre Beatriz'), dio la voz de alarma al detectar una vía de agua en el casco.
La embarcación que se hundió en la madrugada del lunes a unas 53 millas de la costa vasca tenía previsto vender su pesca en la subasta de hoy, según apuntó a este periódico el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Santoña. «Me llamó el patrón del 'Marhvin' para decirme que vendrían a la subasta del martes, porque hoy (por ayer, lunes) teníamos prevista una descarga de 140 toneladas y las instalaciones dan para lo que dan».
Si el disgusto por perder su barco ya era grande, al tenerlo lleno de bonitos el malestar fue mayor aún, si bien el patrón del cabildo santoñés no sabía cuantos kilos de bonito habían capturado durante los 14 días que estuvieron faenando. «No me dijeron nada cuando llamaron para avisar de que descargaban hoy, y tampoco les he preguntado cuando les ha traído la embarcación de Salvamento Marítimo».
Fernández cuenta que, a mediodía de ayer, estuvo conversando con el patrón del 'Marhvin' y le preguntó si quería hablar con la directora general de Pesca, Marta López. «Pero no tenía muchas ganas de hablar».
Donde sí se habló, y mucho, sobre este suceso, fue en la Cofradía santoñesa, donde ayer se subastaron, a una media de 3,90 euros el kilo, 140 toneladas de bonito, cuando ya se ha cubierto un 85% del cuota prevista. «Tenemos para una semana o diez días más de pesca», comentaba Fernández, al tiempo que dice que el ritmo de ventas es similar al del año pasado, aunque «el precio de este año están siendo un poco mejor».
Y eso a pesar de las previsiones iniciales, que, al parecer, indicaban que la venta iría peor que en años anteriores. Todo ello como consecuencia de los efectos de la pandemia del coronavirus, que también ha afectado al sector pesquero.
Sin embargo, la Cofradía de Pescadores de Santoña se muestra satisfecha porque, de momento, no ha registrado ningún caso positivo entre los 27 barcos que integran la flota. Aunque el patrón mayor cree que tarde o temprano «esto va a estallar porque no podemos controlar a los turistas que se acercan al muelle».
Parte de la tripulación estaba acostada cuando el marinero que estaba de vigilancia y el patrón de percataron de la vía. «El patrón del 'Marhvin' dio aviso al patrón del 'Nuevo Salvador Padre', también de Santoña y que estaba a unas diez millas, para que estuviera atento porque tenía agua en las máquinas. Entonces el patrón del 'Nuevo Salvador', un barco de artes fijas, con buen criterio, decidió revirar e ir en auxilio del 'Marhvin', que poco a poco se iba inundando», narra Fernández. Una vez que llegó la embarcación en auxilio, sobre la una de la madrugada, dio aviso a los controladores de Salvamento Marítimo de Bilbao, que fueron los encargados de coordinar la emergencia, movilizando los medios para acudir en su ayuda: la embarcación 'Salvamar Alcyone' y el helicóptero Helimer 206.
A la espera de que llegara la embarcación de Salvamento Marítimo, el 'Nuevo Salvador Padre' fue el encargado de prestar ayuda para tratar de salvar el 'Marhvin' con sus bombas de achique. Cinco de los tripulantes saltaron a las balsas salvavidas y a bordo quedaron tres: el patrón y el motorista intentando por todos los medios evitar el hundimiento, y un marinero en otra balsa por si era necesario abandonar el barco. Durante dos horas se emplearon a fondo para sacar el agua que estaba entrando en la embarcación con la ayuda de las dos bombas de achique que prestó como refuerzo el 'Nuevo Salvador'. Pero el esfuerzo era en balde puesto que el 'Marhvin' se iba hundiendo cada vez más.
Los tres tripulantes que quedaban en la embarcación ya se estaban preparando para lo que se preveía inevitable y tuvieron que abandonar el barco cuando la situación fue extrema y ya corrían peligro. «Tuvieron que obligar a saltar al motorista y al patrón, que no quería salir del barco ni a tiros. Estaba desesperado porque al final es un barco familiar y su forma de vida. Pero, aunque la mar y el tiempo no estaban mal, había un riesgo de que volcara en cualquier momento y había que evitar eso. Intentaron salvar el barco por todos los medios», comenta Fernández.
Una vez que los tres marineros saltaron a las balsas se unieron al resto de compañeros en el 'Nuevo Salvador Padre', mientras el 'Marhvin' iba desapareciendo de su vista. «El barco se hundió a las tres de la madrugada». Más tarde llegó al lugar del siniestro la embarcación 'Salvamar Alcyone', a la que fueron transbordados los ocho marineros, que los trasladó al puerto de Santoña, donde aguardaba el patrón mayor del Cabildo santoñés. Llegaron a casa sobre las 06.45 horas.
Fueron muchos los pescadores de la villa que se preocuparon durante toda la jornada por lo ocurrido a estos ocho marineros. Algunos de ellos intentaron sin éxito ponerse en contacto con los afectados, como fue el caso de Juan Carlos, primo del patrón del barco hundido. «Le he llamado, pero no he podido hablar con él». En realidad, el patrón del 'Marhvin' perdió el móvil en el mar.
Juan Carlos fue compañero de barco de su primo durante varios años, pero ahora faenan en embarcaciones diferentes. Ayer, por la mañana se encontraba en la nevera del 'Ermita Pilar', donde ahora faena, y no pudo hablar con ninguno de los ocho tripulantes. Ni siquiera los vio. Simplemente se enteró de lo ocurrido por los comentarios que oyó después en el muelle. «Salieron a faenar el mismo día que nosotros, cuando vino el Rey (29 de julio). Por lo visto están todos bien, no les ha pasado nada a ninguno. Es normal que no quieran hablar por el disgusto que tendrán».
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