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En la mente de Ana María Fernández, fundadora de Conservas Ana María, siempre había rondado la idea de crear un proyecto sobre la anchoa y ... su historia en Santoña. «Es la ilusión de mi vida», dice. Hace dos años decidió empezar a materializar ese sueño que, si todo va según lo previsto, verá la luz la próxima primavera. La empresaria está construyendo en una parcela del polígono industrial de la villa una nueva nave que tendrá un doble destino. La mitad del espacio se empleará para fábrica de salazón y la otra parte se convertirá en una Galería del Arte de la Anchoa.
El proyecto destaca por su innovador concepto y por su espectacular diseño, ya que recreará un fondo marino. La exposición acercará a vecinos y visitantes de una manera «novedosa, interactiva y participativa» tanto la historia de la anchoa como todo el proceso de elaboración. Desde que se pesca el bocarte en alta mar hasta que se termina de realizar la lata de esta exquisita semiconserva.
La galería será el primer espacio que se abra en el municipio dedicado a su producto más reconocido. «Parece mentira que siendo Santoña la cuna de la anchoa y siendo el referente en la región, al tener el mayor número de conserveras, no exista ya algo de este tipo», apunta Fernández, que cree que este espacio «es algo necesario no solo para Santoña, sino para Cantabria».
El proyecto de la galería supondrá una inversión de 255.850 euros y ha obtenido una ayuda del Grupo de Acción Costera (GAC) Oriental de 100.000 euros. Actualmente, cuenta Fernández, están centrados en todo lo que se va a construir dentro de la exposición. «Lo que puedo adelantar es que va a ser algo muy novedoso. No va a ser una galería al uso en la que limitarse a ver un barril o utensilios antiguos, sino que será algo más espectacular». Se combinará, explica, lo antiguo con lo moderno. La exhibición de piezas y materiales se completará con proyecciones audiovisuales, 'showcookings' (demostraciones culinarias) o talleres para que el visitante realice su propio tarro de anchoa, entre otros.
«Vamos a enseñar muchas cosas dentro de la galería y nuestro objetivo es que cuando la gente entre se sorprenda», explica la propietaria de Conservas Ana María. Para conseguir ese factor innovador, están volcándose en dar a forma a un diseño que recreará un fondo marino. Una tarea para la que cuenta con el arquitecto santanderino Mario Aparicio. «Hemos tardado un año y medio en diseñarlo. Es lo que más tiempo nos ha llevado porque buscamos algo diferente. Es un diseño complicado, ya que queremos lograr la sensación de estar en el fondo del mar, pero cuando trabajas con profesionales como Mario todo se hace fácil».
Actualmente, están afanados en la elección de los materiales para reproducir ese singular escenario. La galería tendrá una zona de museo-exposición y una cafetería-tienda. El propósito es que el proyecto sea una realidad para Semana Santa. «Si fuera una actuación normal ya estaría ejecutada, pero nos está llevando mucho tiempo porque queremos que sea algo único y especial».
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