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El plumero o hierba de la pampa ha logrado colonizar buena parte de la región. Santoña no es ajena a la amenaza de esta especie invasora que campa a sus anchas en un buen puñado de áreas naturales y degradadas del municipio. Desde hace ... varias semanas se puede ver en estos entornos a una cuadrilla trabajando a conciencia en la erradicación de la Cortaderia selloana (su nombre científico) y sustituyéndola por especies autóctonas.
La intervención se enmarca en el proyecto Life Stop Cortaderia impulsado por el Gobierno de Cantabria. Su objetivo es eliminar el plumero de los espacios protegidos costeros y contener su expansión en las zonas del interior de la comunidad autónoma. La lucha contra esta especie es una carrera de fondo por lo que este proyecto, coofinanciado por la Comisión Europea, se está ejecutando a lo largo de un periodo de cuatro años. Arrancó en el 2018 y se prolongará hasta 2022. Para su desarrollo cuenta con un presupuesto total de 3,5 millones de euros.
Su principal promotor y cofinanciador es la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria en cooperación con varios organizaciones sociales como Amica, Ampros y el Serca y con la ONG medioambiental Seo - Birdlife. Varias entidades privadas también colaboran económicamente.
En lo que lleva en marcha esta iniciativa ha conseguido eliminar 60 hectáreas de plumeros en los municipios que integran Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. La actuación más extensa se ha ejecutado en Noja con casi 23 hectáreas menos de esta invasora, seguido de Escalante (12), Laredo (9), Argoños (6,6). En Santoña, se han erradicado unas siete hectáreas.
Desde el pasado mes de octubre se puede ver en el entorno de la marismas de Santoña a un grupo de trabajadores de Ampros afanados en la eliminación de la hierba de la pampa. Llama la atención cómo acceden en botes a los diversos islotes del humedal y de forma totalmente manual eliminan los plumeros de estos pequeños entornos con esfuerzo físico y destreza. «Estamos actuando sobre todo en el entorno de la marisma de Bengoa», detalla el responsable de SEO-Birdlife en Cantabria, Felipe González, que recuerda que las especies invasoras son «uno de los principales problemas de la biodiversidad del planeta», y, en especial, en la región el «plumero». Éste cuenta con una alta capacidad colonizadora, lo que ocasiona problemas para la conservación de los ecosistemas naturales, pérdidas económicas por degradación del recurso suelo y del paisaje, así como problemas de alergias respiratorias, al tratarse de una gramínea.
En Santoña, detalla González, esta especie invasora se ha abierto paso en numerosos terrenos abandonados o a medio construir que son sus entornos 'preferidos'. Es por ello, que la actuación, aparte de en la marisma, se extiende a otras áreas de la zona de Berria, el entorno del Dueso, la antigua cantera del Sorbal o los alrededores del albergue. «En general el plumero se circunscribe a los entornos modificados. El monte Buciero se mantiene bastante libre pero hay importantes focos en los márgenes de los diques, en el polígono y en las marismas». En los trabajos no solo se hace desaparecer a esta indeseada planta sino que se procede a la restauración de la zona para que vuelve a brotar la vegetación natural. Depende del tipo de suelo se plantan arbustos o plantas dunares en zonas arenosas.
«Todo el proyecto lleva una monotorización y como se desarrolla en varios año se repasan las zonas en las que actuamos. Dentro de unos meses volveremos a los sitios en lo que hemos eliminado esta especie para controlar posibles rebrotes y que la intervención sea lo más exitosa posible», explica el representante de Seo-Birdlife.
En Santoña, la labor se lleva a cabo de forma continua. «Hasta marzo seguiremos trabajando en las marismas pero, a partir de esa fecha, ya no nos metemos en el humedal porque empieza la época de reproducción de las aves».
El proyecto Life Stop Cortaderia nació con un objetivo ambiental que se combina con otro componente social. Para desarrollar las acciones, se ha contratado a 21 personas de Amica, Serca y Ampros y tres monitores. «La fuerza que requieren estas tareas la ponen los trabajadores de estas entidades. Hay un beneficio para la biodiversidad de Cantabria pero también hay un beneficios social sobre estas personas a las que se les da un empleo con un fin ambiental, que ellos reconocen y del el se sienten partícipes», destaca González.
En este tiempo, han demostrado y con creces su profesionalidad y buen hacer. «Son personas que trabajan con mucha implicación y se lo toman muy serio por lo que se nota en los resultados. Quitar plumeros es una labor sistemática que requiere trabajadores muy motivados y ellos lo están de lleno» .
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