Secciones
Servicios
Destacamos
La tentación vive este fin de semana en Santoña. Y es difícil resistirse a ella. Nada más poner un pie en la carpa de la Feria de la Anchoa y de la Conserva de Cantabria te encuentras con unos deliciosos platos de bocartes rebozados. Los ... fríen, a destajo, los integrantes de la peña Juan de la Cosa. Y se los quitan de la manos.
Entre las quince conserveras que se dan cita en el evento se pueden comprar las tradicionales anchoas en aceite, su variedad en mantequilla, cada vez con más auge, o las innovadoras anchoas ahumadas. Si eres más de dulce, en el expositor de Monper, entre todas sus tabletas, hay una de chocolate con anchoa. Porque este tesoro del Cantábrico marida con todo. O casi todo.
Para comprobarlo, basta con acercase a la feria que este viernes izó el telón con un gran número de visitantes, el mejor preludio de lo que está por venir. Las autoridades políticas, con el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, a la cabeza; escoltado por la plana mayor de los consejeros; y el alcalde de Santoña, Sergio Abascal; inauguraron esta fiesta de la gastronomía. Pusieron en valor la calidad de esta semiconserva y el trabajo tanto de los pescadores que capturan el bocarte como de las mujeres que elaboran artesanalmente los deliciosos filetes.
Mientras de fondo sonaban las voces del coro Virgen del Puerto, en los estands se arremolinaban los devotos de este manjar. «Tenemos anchoa de costera de primavera, elaborada 100% artesanal en Santoña y de máxima calidad», explicó Maite Pérez de la Reina de Cantábrico, que participa otra edición más con «muy buenas expectativas», ya que al caer en puente se espera una aluvión de visitantes. Para las conserveras, además, son días de pleno rendimiento porque la campaña está en su punto álgido. «Llevamos dos semanas fenomenales comprando bocarte capturado de gran tamaño».
Para Conservas Catalina la feria de casa «nunca falla». Desde los primeros minutos de apertura «está siendo un boom, se está acercando a comprar mucha gente y está yendo muy bien», contó Adolfo Belaustegui. En su fábrica hay dos máximas en la producción: que «sea anchoa del Cantábrico y elaborada con mucho mimo». Para distinguir a la buena hay que fijarse que tenga «un color uniforme, pardo, y en los aromas y matices en boca».
Detrás del mostrador de la conservera M.A. Revilla atiende Jésica Palacios que destaca la «ilusión» de estar presentes de nuevo. «Tenemos muy buen producto. El público nos pide mucho las anchoas en mantequilla y también tenemos unas anchoas suaves, con un lavado más, y un poco menos de sal». Entre los primeros curiosos en acercarse estaban Mónica y Gonzalo, de Meruelo. «Venimos todos los años porque nos gusta el ambiente Es una oportunidad para conocer un producto nuestro y ver cómo se trabaja la anchoa».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.