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El Ayuntamiento de Santoña tiene el firme propósito de adquirir el Palacio de Chiloeches junto a su jardín sur para que pase a ser propiedad municipal. La operación, aventura el alcalde Sergio Abascal, puede llegar a buen puerto «antes de que concluya este 2021». ... Antes, la propiedad tendrá que proceder a restaurar la cubierta del histórico inmueble y a reordenar y urbanizar el entorno.
El regidor explicó a este periódico que ya se están dando pasos en ese proceso de compra. La Secretaría municipal ha iniciado el contacto con los representantes de los dueños con el fin de alcanzar un acuerdo. Estos tendrán que reparcelar la zona objeto de adquisición y a su vez, el Ayuntamiento encargará la tasación del inmueble para fijar un precio conforme al valor actual del mercado. A esa cifra, apuntó Abascal, se le tendrá que deducir el importe de compensación, que la Justicia dictaminó tiene que pagar la propiedad como consecuencia de los aprovechamientos urbanísticos que corresponden al Ayuntamiento. La operación se podrá hacer realidad gracias al remanente de tesorería existente en las arcas municipales.
Cuando el edificio pase a manos de todos los santoñeses, se abrirá otro proceso, que se prolongará a lo largo de varios años: su rehabilitación tanto exterior como interior. La fachada blasonada exige un lavado de cara, que deberá completarse con una restauración integral de las estancias de la planta baja y las dos superiores. Unos trabajos que requerirán de una elevada inversión a la que el Consistorio hará frente solicitando ayudas tanto «al Gobierno de Cantabria como al programa del 1,5% Cultural» del Ministerio de Movilidad, Transportes y Agenda Urbana para la conservación del patrimonio arquitectónico.
Actualmente, con su avanzado estado de ruina, cuesta imaginarse cómo será su futura imagen. Lo que sí tiene claro el Ayuntamiento es su destino. «Será un referente cultural en el centro de Santoña», asegura Abascal. Una extensión de la Casa de Cultura que, a todos luces, se queda «muy pequeña». «Podría acoger exposiciones, albergar una segunda biblioteca y las aulas de talleres de música o pintura. Permitirá, sin duda, aumentar la oferta cultural municipal», sostiene el regidor.
Cuando el Ayuntamiento incorpore a su patrimonio el Palacio de Chiloeches, se encontrará con que cuenta con tres edificios en propiedad cerrados y sin ningún destino. Los otros dos son los antiguos juzgados de la Plaza de la Villa y la Casa de Albo. «Es cierto que Santoña está aglutinando mucho patrimonio», señala el alcalde, que reconoce que «es muy difícil conservar y mantener económicamente tanto inmueble». Por ello, ya ha adelantado que el equipo de Gobierno baraja la enajenación del edificio que antaño fue Casa Consistorial y posteriormente, sede judicial hasta 2015. Desde entonces, la instalación está vacía y sin ninguna utilidad.
La Consejería de Presidencia realizó una serie de mejoras para revertirlo en una condiciones «mínimamente» dignas pero, para abrir sus puertas, es necesario acometer obras más profundas valoradas, en un proyecto que se encargó, en medio millón de euros. De ahí, que el Gobierno local esté estudiando, a medio plazo, abrir un expediente para su venta. En el mismo, se indicará a los posibles adquirientes que la fachada está protegida en el Plan General de Ordenación Urbana y que «debe ser respetada ante cualquier actuación que se realice en el edificio».
El otro inmueble municipal pendiente de darle un uso es la Casa de Albo. En 2010 pasó a ser de propiedad municipal y una década después sigue cerrada. A simple vista uno se pregunta por qué no se le da un destino, pero lo cierto es que su interior precisa de una intensa reforma. En 2014 se renovó tanto la fachada como la cubierta y hace un par de años se reforzó, con una subvención del GAC Oriental, el sótano y planta baja dando estabilidad a toda la cimentación. Queda una última fase para concluir la rehabilitación.
El Ayuntamiento va a presentar a las ayudas del Plan de Obras del Gobierno de Cantabria un proyecto dirigido a recuperar el interior y las zonas ajardinadas. Se estima una inversión de 300.000 euros. «Hay que dotarla de instalación eléctrica y de gas, recuperar los suelos, pintar paredes, eliminar barreras arquitectónicas, construir un ascensor... Es un edificio de una importante belleza y requerirá de una conservación más que de una sustitución de elementos».
En cuanto a su uso futuro, la idea es que una parte se destine a zona museística sobre el mundo de la mar y la conserva y se estudia que pueda acoger alguna de las enseñanzas del futuro Centro de Estudios del Mundo de la Mar, ya que Educación ha confirmado que Santoña impartirá alguna de ellas. «Cuando vino recientemente la consejera de Educación visitamos la Casa de Albo y no se descarta que pueda ser un espacio para la formación naútico-pesquera». El jardín quedará abierto para el disfrute de los vecinos.
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