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Adiós al pub Olas, referente de la noche en Loredo
Un último baile ·
Este sábado, a partir de las 22.00 horas, el establecimiento celebra su fiesta de despedida después de 34 años de historia en Ribamontán al MarSecciones
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Este sábado, a partir de las 22.00 horas, el establecimiento celebra su fiesta de despedida después de 34 años de historia en Ribamontán al MarHistórico. Todo aquel que haya frecuentado Loredo y sus alrededores conoce el Olas, ese pequeño bar-pub de Ángel Sainz igual de acogedor que la terraza de una casa. Y es que, precisamente, el establecimiento forma parte de su vivienda. Una continuidad de su propio ... hogar. Ángel tiene a su espalda más noches que la luna. Desde aquel día del año 1990 que abrió las puertas del Olas no ha fallado ni una sola vez. Todos los días. O casi todos. Para ser más exactos, abría de martes a domingo, durante todo el año, de siete de la tarde a cuatro y media de la mañana. Ahora, a sus 65 años, echa la persiana para empezar una vida nueva.
No se podía marchar por la puerta de atrás, tenía que hacerlo por todo lo alto. Este sábado, a partir de las 22.00 horas, el Olas celebrará su última fiesta para despedirse de esos 34 años siendo, para muchos, el mejor escenario de risas y buenos momentos. «Si viene la mitad de gente que me ha confirmado que va a venir va a ser una noche salvaje», confiesa Ángel. Una velada para rememorar todos los momentos vividos en el Olas, que no son pocos. Siempre con copa en mano. «Aquí ha venido gente de toda la zona de Ribamontán al Mar, sobre todo personas que trabajan en hostelería o profesores de surf que se pasaban al terminar su jornada, pero también muchos turistas», cuenta. En el adiós actuará el DJ Chete Music, que pinchará todo tipo de música. Sobre todo se escuchará mucho rock, que es la música favorita de Ángel y la que siempre ha caracterizado al Olas, al menos durante buena parte de las noches. «A altas horas la gente siempre me pedía reguetón y yo tenía que cumplir con sus deseos», confiesa entre risas.
Ángel echa la vista atrás y recuerda la trayectoria de su pub con mucha nostalgia. También con orgullo. «El Olas siempre ha sido el bar más emblemático de la zona. Cuando abrí había otro pub, que solo duró tres años, y después hubo otros tantos pero al final terminaron cerrando», asegura. No tenía competencia. «Y eso que Somo, que está al lado, siempre ha tenido mucho ambiente». El éxito lo atribuye al horario y a la buena disponibilidad. «Los últimos años he abierto a las siete de la tarde, pero antes lo hacía a las cinco y media, coincidiendo con la salida de la playa». ¿Por qué redujo el horario? «Al final, entre recoger y limpiar, salía del pub a las seis de la mañana y eso no era vida. Yo siempre digo que he sido el guardia de la zona».
Pero no se crean que el camino solo ha estado lleno de rosas. Ángel reconoce que la crisis del 2007-2008 fue dura. «La época de los 90 al 2000 fue muy buena en toda España y a partir de la crisis fuimos un poco para atrás», recuerda. Otro bache en su recorrido fue, como para todos, la llegada de la pandemia y los meses posteriores. «Al tener terraza podía abrir, pero fue duro porque con el toque de queda la gente salía escopetada como si fuesen bandidos. Después a los autónomos nos daban 500 euros, pero teníamos que pagar 300 de la cuota, era difícil subsistir», confiesa.
Eso sí, como si de un ave fénix se tratase, la vida después del covid fue el mejor momento para el Olas. «Ha cambiado todo mucho. Ahora la gente tiene otra forma de pensar porque somos conscientes de que solo hay una vida. Ahora vivimos como si el mundo se acabase al día siguiente. La gente que antes no se iba de vacaciones, ahora si se va. Los que no salían a comer o a cenar, ahora sí lo hacen. Hemos cambiado para bien, algo nos hizo clic», afirma. Por eso, por el cariño, por la rutina, o porque para muchos el Olas es parte de su vida, nadie quiere decir adiós. De hecho, hay personas que ya le han pedido cuadros, pósters o incluso el letrero del pub y así tener un recuerdo para siempre. Y no solo eso. «El otro día atendí a un grupo de chavales en la terraza y me pidieron un bolígrafo. Al cabo de media hora vi que se habían puesto a recoger firmas para que no cerrase y me cantaron a coro 'Ángel quédate', fue muy emocionante», relata.
A Ángel es al primero que le da pena dejar esta etapa atrás, pero cree que es el momento perfecto. «Tengo 65 años y considero que todavía estoy en forma, así que quiero hacer todas las cosas que no he podido hacer hasta ahora, como ir a los partidos del Racing, que me encanta, o viajar un fin de semana a Oviedo. Pero lo que más me apetece es poder cenar en casa todos los días con mi mujer y mi hija, algo que nunca he hecho y que ha sido difícil de gestionar», reconoce. A partir de mañana comienza la nueva de Ángel Sainz. Larga vida al Olas.
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