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La primera vez que se presentó al cargo tenía veinte años menos y no le votaron «ni en casa» pero es de los que persiste ... y acabó de alcalde en 2011. Tarsicio Gómez (1971) es el alcalde «independiente» por el PRC en Miera, además de padre de familia numerosa (cuatro hijos), camarero de profesión (aunque en su curriculum consta que es maestro, capataz forestal o técnico superior en recursos naturales) y lleva ocho años al frente del Ayuntamiento. En esta legislatura, a parte de abrir el albergue de Solana, le gustaría resolver los problemas de comunicaciones y contar con una depuradora en Mirones.
-¿Cómo llegó a la política?
-Me pidió un amigo que le acompañase en la lista y luego él lo dejó, pero tampoco me extraña porque nos metieron un palo gordo, no nos votaron ni los de casa. Fue en 1999 y no sacamos ningún concejal.
-¿Y cuándo remontó?
-En el año 2003 sacamos un concejal, en 2007 sacamos dos, mientras que el tercer concejal llegó en 2011 y mantuvimos en 2015. Ahora hemos sacado cuatro en 2019. He sido alcalde los últimos ocho años y esta es nuestra tercera legislatura porque tenemos un buen equipo.
-Siempre presume de que es usted independiente...
-Sí, soy independiente. Nunca he estado en el organigrama político del PRC, partido con el que nos presentamos.
-¿Por qué?
-Creo que así soy más independiente para tomar las decisiones que beneficien a mis vecinos, Por poner un ejemplo, tampoco estoy en la Federación de Municipios, lo cual no quiere decir que no vuelva a entrar. Y si seguimos por aquí te voy a dar el titular a la primera.
-Pues dígame entonces...
-Estoy abierto a volver a la Federación, pero primero tiene que desarrollarse una ley que blinde el Fondo de Cooperación Municipal con la cantidad que está ahora como casilla de salida. Necesito tres o cuatro puntos para volver pero sobre todo dos: lo primero que la ley se apruebe por mayoría absoluta en el Parlamento y se blinde el fondo, porque para los municipios más pequeños es básico. Sin eso es probable que no hubiese suficiente financiación para estar abiertos y, segundo, es ya un punto más delicado, la modificación del Estatuto de Autonomía y que se consiga un convenio como tiene el País Vasco en el que todas las cuencas de los ríos empiezan y acaban en la misma provincia y sea la Comunidad Autónoma la que tenga las competencias para dar los permisos para limpiar cauces o cualquier otro cometido, porque ahora tardan muchísimo en darlos.
-¿El río en vez de un beneficio se está convirtiendo en un problema para los municipios?
-Sí, pero es un problema burocrático y desde luego de limpieza y obras. En Miera, gracias a Dios, no tenemos problemas de inundabilidad de momento pero sí los tenemos en obtener los permisos.
-En cuanto a otros problemas domésticos, ¿con cuánto Presupuesto cuentan?
-Una cosa es lo que pone en papel y otra es la realidad. Si yo te digo el presupuesto, son 270.000. Esa la realidad, pero lo que viene en el papel son algo más de 300.000. Lo que pasa es que, para no tener que hacer otro pleno, cogemos la subvención de empleo y lo sumamos todo y consta, pero la realidad de los recursos es la primera cifra.
-¿Y qué se puede hacer con esos recursos?
-Entre un veinte y un treinta por ciento son gastos de personal. Tenemos un operario de aguas y servicios varios, un secretario a media jornada, otra media jornada del administrativo y, ahora, jornada parcial del alcalde. Otro treinta por ciento va a recogida de basuras y alumbrado y otro resto para labores de mantenimiento (baches, tuberías...). Nos quedaría más o menos un diez por ciento para poder hacer inversiones.
-¿Y en qué se invierte en Miera con eso?
-En un camino vecinal y a veces no nos llega ni para eso.
-¿Y esto genera que usted tenga que bajar bastantes veces a Santander a pedir?
-Otra cosa no, pero eso sí.
-¿Cómo le ha ido allí?, la pasada legislatura le hicieron la carretera, el centro de salud...
-Durante la pasada legislatura estábamos en el siglo XIX y hemos pasado al XX. Tenemos todavía un déficit de infraestructuras viarias y tecnológicas que resolver.
-¿Cómo va la conexión digital?
-El plan era que, en tres años, se desplegaba la fibra con Adamo y no sé en qué año vamos, espero que llegue. Luego tenemos un problema con las multinacionales de teléfono porque la parte alta de Miera no tienen cobertura y eso sí que es triste.
-¿Y en materia viaria, qué les quedaría?
-Nos quedan sobre todo comunicaciones con municipios limítrofes. No por la comarcal 260, sino por caminos locales, porque en el caso que vuelva a pasar que nos caiga un argayo que corte la 260 tenemos que dar una vuelta de 60 kilómetros como ya pasó hace dos años. Sin embargo sí se acabarían los accesos para Liérganes o con San Roque o con Arredondo las vueltas serían de 14 o 15 kilómetros, es decir de 60 a 15.
-¿Está a favor o en contra de la Reserva de la Biosfera?
-Estoy a favor. Me pasa como a la gente de Liébana, que solo veo beneficios, porque las limitaciones ya las tenemos con la Red Natura 2.000 que ya hay bastantes.
-Su municipio es uno de los de la España vaciada. ¿Qué se podría hacer para frenar la despoblación?
- Para que no se vaya la gente el puesto de trabajo tiene que estar cerca. Yo tengo una visión muy particular y personal de lo que creo que se podría hacer. El sueño sería plantar en Miera 2.000 hectáreas de arbolado, esto es a largo plazo, claro. El beneficio seria el de la plantación en sí, el tratamiento con desbroces y podas, con una corta bien delimitada en el tiempo, con árboles de crecimiento lento y rápido. Todo esto podría beneficiar a los ganaderos porque podrían mantenerse cuatro o cinco meses en el monte y el resto de tiempo con 15 o 20 jatas. Seria un complemento a la ganadería. Tendríamos una potente industria maderera y un sector de servicios que también seria una tercera pata para crear empleo, complementado con un proyecto turístico moderno y diferente de lo que ha sido la obra civil más importante de todo el siglo XIX como es el resbaladero de Miera, con la apertura del puerto de Lunada durante todo el año. Respecto a esto último sabemos que es una obra costosa, pero si se abre será el futuro.
-¿Qué proyectos más de andar por casa le quedan por hacer?
-Estamos casi seguros que se va a poder concretar ya la apertura del albergue municipal de Solana, lo que era la antigua escuela municipal que hicieron los vecinos con su esfuerzo. En este municipio no queremos vender el poco patrimonio que tenemos como ya pasó en el pasado. Tenemos varios proyectos de mejora viaria y el otro gran proyecto que esperamos conseguir es la depuradora de Mirones.
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