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Tras el séptimo plátano echado abajo este miércoles en la carretera que va de Loredo a Langre, los operarios dejaron la motosierra a un lado ... pese a que los árboles que se iban a tumbar esa tarde eran más. Sucedió que grupos ecologistas consiguieron ponerse en contacto en ese momento con la Consejería de Obras Públicas para que echase el freno en su idea de eliminar la hilera de casi treinta plátanos, que se iban a retirar para dejar espacio al acondicionamiento y ensanche de la carretera y creación de un camino peatonal. Tras ese parón temporal, el Gobierno regional confirmó ayer que seguirá adelante con las obras, aunque talarán «lo mínimo».
El proyecto de mejora que está ejecutado el Ejecutivo regional en la carretera que une Loredo y Langre es una demanda «de todos los vecinos y del propio Ayuntamiento», esgrime el alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Asón. Una petición que, tal y como recuerda el regidor, nace del «peligro que actualmente representa la vía», sobre todo para los peatones, puesto que no existe un paseo, pero también para los coches, porque su trazado, de poco más de un kilómetro, «tiene muchas curvas y contracurvas».
Para mejorar la situación, el proyecto que afronta Obras Públicas depende de la eliminación de los plátanos que están en una de las márgenes de la carretera −manteniendo los ejemplares del otro lado−, para la creación de un camino peatonal y hacer más recto el trazado de la carretera. Aunque desde Arca y la Plataforma SOS POL Bosque de Loredo (las dos asociaciones ecologistas que el miércoles consiguieron paralizar temporalmente la tala), apoyan y ven necearía la reforma de la carretera, no aprueban los medios para el fin. «No buscan alternativas, siempre van a la política de lo fácil y expropiar menos», dice al respecto José María Fernández, vicepresidente de Arca.
Las asociaciones, que insisten en la necesidad de mejorar la vía, creen que «se puede asumir la desaparición de uno o dos árboles, pero no de toda la hilera», y creen que, por ejemplo, se deberían plantear «en tramos estrechar el carril bici para conservar los árboles», cuya eliminación conciben como «un auténtico atentado contra del patrimonio histórico y natural del pueblo».
El miércoles desde Arca consiguieron hablar con representantes de Obras Públicas, que accedieron a detener temporalmente la tala. Ese freno «ha despertado la indignación de algunos vecinos , que esperaban esta obra y no entienden que se paralice por cuatro señores que se oponen», trasladó el alcalde.
Ayer técnicos de la Consejería acudieron al lugar para valorar la situación 'in situ'. Tras esa visita, desde Obras Públicas trasladaron que el proyecto va a salir adelante porque es necesario «dar protagonismo en la vía al peatón». Además señalaron que «se busca alcanzar el equilibrio entre el respeto a la naturaleza y la seguridad vial con una tala mínima de árboles». A la par, recuerdan que los plátanos no son autóctonos y que «se incorporaron tras la ejecución original de la vía».
Aunque no adelantan cuántos de los árboles que aún siguen en pie se mantendrán, sí que se comprometen a que, tras las obras, se plantará arbolado propio del lugar.
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