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«¡Qué gusto que den espacio a otros artistas y no siempre a Okuda!», valoraba una de las vecinas que esta semana ha descubierto el nuevo mural que está en plena creación junto a la Casa Consistorial de Villaescusa, en el nuevo parque infantil que ... se ha construido. El artífice es Néstor del Barrio (Socabarga, 1994), un artista local que por encargo del Ayuntamiento ha llenado de vida un gran muro de cemento, y lo ha hecho con los colores que le evocan su municipio, junto al resto de su esencia y su historia.
Mucho verde, por la naturaleza propia de la zona, y ocres, que obedecen a ese característico e inconfundible tono oxidado de Cabárceno. También hay blanco y negro, por el pasado. Ese que forjaron mineros como los que ahora han quedado inmortalizados en el gran mural que está componiendo Nestor del Barrio, que desde el primer momento tuvo muy claro cuáles eran los colores que fluyen por las venas de Villaescusa, los mismos que ahora manchan su sudadera, pantalones y zapatillas porque llevas días inmerso en el proyecto.
Aunque su dedicación no se reduce únicamente a estas últimas jornadas con el cubo de pintura y los pinceles. Esto no va de llegar y besar el santo. Una composición como la que está desarrollando −para lo cuál del Barrio tiene demostrada experiencia tras años dedicado al muralismo− es indispensable una labor previa. «El Ayuntamiento me dio ciertas claves, y yo les hice una propuesta con un fotomontaje, a la que dieron el visto bueno», traslada el pintor, que a su vez recalca que para inspirarse rebuscó en el profuso archivo fotográfico municipal. Entre todo el material le llamó la atención una pintoresca instantánea de 1902 con dos operarios junto a un caballo en las minas situadas al sur de Reocín, que ahora es la imagen central del mural.
Además, en los 250 metros cuadrados de superficie de pared ha plasmado una enorme locomotora −también en referencia al pasado minero de la zona− y unos vagones de carga, junto a un avellano y unas líneas negras que evocan la orografía de Peña Cabarga a vista de pájaro. «Es un verdadero lujo el poder trabajar en una pared tan grande como esta», reconoce, brocha en mano, del Barrio al tiempo que comenta que «los encargos suelen ser muy condicionados y aquí me han dado mucha libertad».
Una de las soluciones para terminar con los grafitis no autorizados es para del Barrio precisamente el posibilitar que se hagan en esos espacios buenos murales. Para los vándalos «siempre tienta más una pared en blanco que una con una obra», remarca el de Villaescusa, que hace un repaso y no recuerda que ninguno de sus trabajos −y no son pocos− callejeros haya sido perjudicado por un segundo armado con espray o pintura.
Además, el artista ensalza «el valor añadido» que supone convertir una superficie en «un soporte» para dotar de «identidad» a un espacio igual que está haciendo en el nuevo parque infantil de Villaescusa. Precisamente en eso se está especializando del Barrio, que está graduado en Bellas Artes, con su proyecto Quiral, con el que se dedica al diseño tanto de ambientes exteriores e interiores como de producto. Uno de sus últimos trabajos es el mural que realizó el pasado enero en Comillas con motivo del Año Jubilar Lebaniego 2023. Además, recibió en 2019 el Primer premio Meet Me In Arts al mejor porfolio artístico y en 2016 el Primer Premio Concurso Nacional de Pintura Casimiro Sainz de Reinosa. El muralismo puede abrir una ventana a un mundo de posibilidades.
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