La Asociación Amasol de Solares celebra sus bodas de plata

No todos los años se cumplen las bodas de plata, así que las de Amasol no han dejado pasar la oportunidad de celebrar su logro como se merece. La asociación de mujeres de Solares llega a su primer cuarto de siglo con robustez, con la nada desdeñable cifra bajo el brazo de 227 socias adscritas. «Cuando el proyecto empezó no éramos más que una docena de madres que buscaban la forma de impulsar actividades para sus hijas», recuerda Solana. Fue en 1997, y esa incipiente iniciativa sin demasiadas aspiraciones fue creciendo hasta convertirse en el ambicioso grupo que hoy conocemos como un motor capital e indispensable para el municipio.

En la gala que acogió el Centro Cultural Ramón Pelayo, se hizo precisamente un repaso a esa trayectoria con más luces que sombras. Fue con la proyección de un documento audiovisual que a través de varias imágenes de archivo y noticias publicadas en medios, a vista de pájaro, repasó toda la historia de la asociación. Así, por ejemplo, se recapituló la primera vez que las mujeres solicitaron un espacio para acoger la profusa actividad del grupo. «En total hemos tenido asignados tres lugares, primero estuvimos alojadas en lo que hoy en día es el centro cultural, luego en un local pequeño y después nos trasladaron al actual, que es maravilloso», enumera la presidenta.

En ese documento audiovisual también se recuerda algunas de las labores, talleres e iniciativas que impulsan las mujeres que conforman el grupo. De su actividad semanal forma parte (o lo han hecho) propuestas como: encaje de bolillos, labores, patchwork, taller de lectura, pilates, yoga, talleres de Navidad, cursos de cocina... A eso hay que añadir las salidas culturales tanto por la propia región como por el resto del país que han organizado para ellas (a Madrid, Vitoria y San Sebastián, entre otros destinos).

Todo ello supone la rutina que se saca adelante para las socias, una labor nada risible, porque para muchas de ellas ese día a día compartido con mujeres de su edad les proporciona las ganas y el impulso necesario para salir de sus casas y dedicarse un rato a ellas mismas y no sólo volcarse en sus familias, de las que todas ellas son piedras angulares. A ello hay que añadir el encomiable trabajo que llevan a cabo por el propio municipio, donde también ejercen un papel irremplazable. No sólo organizan conferencias y exposiciones, o colaboran en actividades por la igualdad de género, también son un engranaje para que no decaiga año a año la agenda de Medio Cudeyo. Ellas son el balón de oxígeno de las fiestas de Medio Cudeyo, los carnavales, San Juan, el Retornar del Indiano y La Cantiga de Alfonso X.

La alcaldesa de Medio Cudeyo, María Higuera, agradeció en la gala el «trabajo, apoyo, aportación y colaboración con nuestro municipio» a las de Amasol, de las que dijo sentirse orgullosa. A esa ovación se sumó el teniente de alcalde, Borja Sañudo, que definió a las socias como «mujeres pioneras, dinámicas, emprendedoras y solidarias» y al grupo como «uno de los motores de la sociedad de Medio Cudeyo».

Aunque la pandemia ha supuesto un duro reto para el colectivo, ya prácticamente ha recobrado su actividad habitual. Y ahí están ellas para demostrar que hay que ser persistentes, y que nunca es tarde para hacer mucho; es más, con la edad de oro y la veteranía de la experiencia es cuando más hay por dar a los demás.