Los bolos empiezan a rodar con fuerza en el colegio de Villaescusa

Pese a ser una pieza clave de la cultura y la tradición cántabra, la mayoría de los escolares del CEIP Marcial Solana de Villaescusa hasta estas últimas semanas no había cogido una bola de madera. Y ya el hacerla rodar supuso una experiencia completamente genuina que los chavales vivieron con entusiasmo; incluso más de uno se animó a saltar con los puños arriba cuando consiguió derribar un par de bolos. La ocasión está enmarca dentro de las 'I Jornadas Bolísticas Escolares', que la Junta Vecinal de La Concha de Villaescusa ha organizado en colaboración con el colegio público del municipio. No obstante, no se trata de una actividad aislada, ya que los bolos han llegado para no dejar de rodar en el centro escolar, que lo va a integrar como una parte vertebral dentro de su programa educativo.

Con el objetivo de que los bolos entren dentro del imaginario colectivo de los pequeños de Villaescusa a la hora de escoger la práctica de un deporte o, simplemente, opten por echar algún partido de vez en cuando. Así nace este proyecto que acaba de arrancar en el CEIP Marcial Solana y que se ha establecido en varias fases. Para empezar, se ha llevado a cabo una primera aproximación a la bolera de La Concha, en la que se ha dado a los chavales algunas claves y han podido empezar a practicar dentro de las 'I Jornadas Bolísticas Escolares'.

Ese sólo es el principio, los responsables del proyecto no quieren que se quede en algo anecdótico. «Los bolos han llegado para quedarse, se va a integrar como una actividad más», promete la directora del colegio, Natalia Fernández, que recuerda que el centro participa todos los cursos en el proyecto 'Madera de ser', pero «es distinto, porque esa es una actividad fuera de nuestro entorno en la que no pueden participar todos los alumnos, esto es introducir los bolos dentro del colegio».

En concreto, se ha optado por los cursos de 3º y 4º para iniciar la propuesta, con 70 niños de entre 9 y 10 años. «Creemos que es la edad más adecuada porque son más receptivos y es más fácil generar en ellos interés», valora la docente. No obstante, al margen de las jornadas, en Educación Física se implementará la práctica de bolos en todos los niveles así que «no se quedará ni uno sin acercarse a la bolera».

«Yo creo que con el tiempo irá calando», aventura el presidente de la Junta Vecinal, Manuel Ángel Rodríguez, que tiene la esperanza de que pronto se pueda formar una escuela de bolos. La directora también cree que es factible, sobre todo a tenor de experiencias anteriores. «Hace tres años incorporamos el ajedrez y ahora muchos de los alumnos lo practican fuera de clase».

Fruto de la colaboración entre la Junta Vecinal de La Concha y el CEIP Marcial Solana han tenido lugar las 'I Jornadas Bolísticas Escolares' estas semanas, consistentes en una primera toma de contacto. En ellas ha participado la Federación Cántabra de Bolos con la presencia de David Abascal, director del proyecto educativo 'Madera de Ser' −centrado en difundir el conocimiento de este deporte entre la comunidad educativa− y que ha participado en acciones semejantes a la que ahora emprende La Concha en otros lugares como Entrambasaguas o Rubayo. «Al principio cuesta un poco porque al fútbol juega cualquiera, en esto el arranque es difícil», valora Abascal.

También han formado parte de las jornadas representantes de la Peña Bolística Rosequillo, la Peña Bolística Marcos Maza y la Peña Bolística Peñacastillo. Entre otras cuestiones, en las sesiones se ha destacado la relevancia cultural de los bolos, y la importancia de preservar su legado. Asimismo, se quiso hacer hincapié en la igualdad, para lo cual contaron con Blanca Gandarillas, árbitro y jugadora de la máxima categoría de la liga de Bolo Palma en el equipo de Peñacastillo Anievas Mayba que habló sobre los bolos y la mujer y la brecha que todavía existe, y que actividades como la de La Concha ayudan a cicatrizar.