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A veces no sabemos lo que tenemos, así pasa con mucho de nuestro patrimonio menor de los pueblos, que el paso del tiempo además de dotarlos de más valor también les ha hecho caer, en muchas ocasiones, en el olvido. La Red Cántabra de Desarrollo ... Rural, que representa a las cinco asociaciones de Desarrollo territorial de Cantabria y que engloban a un total de 74 municipios, emprendió en 2019 el proyecto 'Culturea Cantabria', que ahora se ha publicado. En él han conseguido inventariar cerca de mil elementos del entorno rural que no estaban documenta hasta la fecha, cerca de cien sólo en Trasmiera. Tras trazar una radiografía de la zona, ahora el objetivo será emprender proyectos para la recuperación de los mismos. Todo para saber qué es lo que tenemos antes de que sea demasiado tarde y ya lo hayamos perdido.
El objeto de búsqueda en este expedición no ha sido el Arca de la Alianza o el Santo Grial, sino que se ha querido centrar el interés en elementos como los lavaderos, molinos, fuentes, paneras, batanes, boleras, senderos... esos elementos que han compartido durante años la vida con los vecinos de los pueblos y que hasta la fecha no habían sido catalogados.
Ahora ya no es así, porque muchos de ellos, casi mil, ya forman parte de la radiografía realizada con el proyecto 'Culturea Cantabria' sobre patrimonio rural menor, pero que «no es menos importante y tiene riesgo de desaparición», explica Leoncio Carrascal, presidente de la Red Cántabra de Desarrollo Rural.
En total, a lo largo de 2019 se han registrado 982 fichas de diferentes elementos por toda la geografía rural de la región de 51 Ayuntamientos de las cinco comarcas en las que se ha trabajado en el proyecto: Asón Agüera Trasmiera (133), Campoo Los Valles (338), Liébana (62), Saja Nansa (206) y Valles Pasiegos (243).
Todos estos elementos registrados se han categorizado siguiendo un sencillo método en función de su uso principal. De todas ellos destacan los relacionados con el 'agua' con un total de 433, mientras que las categorías 'caminos', 'religión' o 'trabajo' cuentan con bastantes registros pero en número mucho menor. Según el estudio, la mayor parte de todos estos elementos son de titularidad pública (681), se encuentran en un razonable buen estado (335) y tienen un uso frecuente (306).
Todos los puntos que se han considerados oportunos de incluir dentro del inventario se pueden consultar en la web del proyecto www.cultureacantabria.com. En dicha página se encuentra un mapa con todos los registros señalados en su lugar, acompañado de una fotografía y una ficha con datos: nombre, titularidad, estado de conservación, uso habitual, si ha sufrido modificaciones, si existe un responsable de su conservación y otras observaciones.
El proyecto de la Red Cántabra ha incluido en su labor documentalista elementos de algunos municipios trasmeranos: Solórzano, Ribamontán al Monte y Liérganes. Asimismo, la búsqueda en Cayón ha sido muy prolífica. En total la suma de esos ayuntamiento son 100 registros: agua 34, caminos 2, pasos 12, religiosos 22, trabajo 14 y otros 15.
Ribamontán al Monte aporta al listado nueve, entre ellos el Humilladero de Santa María de Toraya, el Molino de Estradas o Bebedero y lavadero de El Cajigal. El mismo número de elementos se ha localizado en Solórzano, que incluye entre otros la fuente de la vía o Puente del río Ruchano. Algo más aporta Liérganes con 15 puntos señalados como la Bolera David Ibañez y Oscar González, La Giraldilla o el puente y cruz de Rubalcaba. La búsqueda que más frutos ha dado de la zona ha sido en Cayón con diversos abrevaderos y fuentes en sus pueblos, varios humilladeros como el del Cementerio de Esles y muchos molinos como el de Torrentero de La Encina.
En Entrambasaguas, Miera, Penagos y Riotuerto, aunque se ha realizado trabajo informativo como en otros municipios, todavía no se ha incluido ningún registro, pero el proyecto permanece abierto y se seguirán aumentando. De hecho en la web hay disponible un formulario para comunicar a los responsables de posibles puntos a incluir en el listado.
Esta primera fase se ha basado en dicha selección con elementos que no se encuentran incluidos en los Registros patrimoniales de Cantabria, llevada a cabo con la colaboración de vecinos y asociaciones de los distintos municipios. «La idea ahora es poder evaluar futuras acciones de sensibilización, conocimiento y recuperación o mejora sobre ellos», concluye Carrascal.
La iniciativa cuenta con la financiación de la Dirección General de Acción Cultural de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria y surge como respuesta a la pérdida de población, el envejecimiento de los habitantes de las zonas rurales y la falta de uso, muchos de estos elementos están olvidados, su estado de conservación en muchos casos no es el idóneo y hasta este momento no se encontraban recopilados en ninguna base de datos.
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