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El ya icónico cañonazo del Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada volvió a retumbar este sábado más fuerte que nunca después de un paréntesis de dos años a causa de la pandemia. El centenario cañón de 48 libras entró en acción ... de nuevo para conmemorar la festividad de Santa Bárbara, ocasión que se aprovechó para celebrar la anual entrega de premios a los socios de honor y distinguidos de la Asociación de Amigos del Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada.
Antes de que la crisis sanitaria hiciera una brecha en nuestras costumbres, el calendario de Riotuerto contaba con dos fechas señaladas por parte de su museo más ilustre en las que entraba en funcionamiento el cañón. La primera, y más conocida de esas celebraciones, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, es la que tiene lugar en verano y recrea la toma de posesión del brigadier Fernando Casado de Torres como director de la Real Fábrica de Artillería. La segunda es la conmemoración de la festividad de Santa Bárbara, jornada en la que la asociación reconoce a sus socios.
Así las cosas, el de este sábado no fue ningún ritual genuino, pero sí implicó la recuperación de esa tradición. Además, el cañón regresaba a su emplazamiento habitual en los jardines del museo, ya que en 2019 el cañonazo tuvo que celebrarse en otro lugar a causa de unas obras que se ejecutaban en el entorno. Por lo demás, todo funcionó como de costumbre: los artilleros ataviados con trajes de época prepararon el cañón para hacerlo estallar dejando un rastro de humo blanco y una oleada de aplausos y admiración entre el público por el calibre de la detonación.
Dada la imposibilidad de celebrar su entrega de premios anual desde 2019 (primero por las obras en el recinto y después por el covid) este sábado se llevó a cabo el reparto de galardones correspondientes a las tres últimas ediciones. Por ello, de la iglesia de San Juan Bautista de La Cavada, que acogía el evento por primera vez, salieron más premiados que nunca. Asimismo, previo al disparo del cañón, tuvo lugar un homenaje a los caídos.
En la lista de distinciones de 2019, en la categoría de socios de honor, figuran Café Dromedario y el capitán de la Guardia Civil Francisco Javier Fernández, mientras que los socios distinguidos fueron el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Francisco González y el militar Víctor Junquera. Los honoríficos de 2020 fueron el Ministerio Defensa (Dicoes) y la Dirección General de Turismo de Cantabria junto a las distinciones para el historiador Ramón Orrite y Brittany Ferries. Por último, el coronel de Defensa en Cantabria, Emiliano García, y la Asociación Hostelería de Cantabria son los socios de honor de 2021. Se entregó también el reconocimiento de distinguido a la doctora en ingeniería Inés Pellón y al comandante Naval de Santander Carlos Bonaplata.
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