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Almudena Ruiz
Santander
Domingo, 12 de mayo 2024, 21:32
Cantabristas ha desplegado este domingo una pancarta gigante de 80 metros cuadrados en la isla de Santa Marina, frente a Loredo (Ribamontán al Mar) para protestar contra «la masificación turística y la especulación urbanística». En la pancarta se puede leer el mensaje ‘Cantabria se defiende, ... salvemos nuestra costa’, el lema con el que la formación ha convocado la manifestación que el próximo sábado 18 de mayo recorrerá Loredo a partir de las 12.00 horas, para visibilizar «el rechazo social» hacia el macrocomplejo turístico que una promotora inmobiliaria quiere construir en una extensa área situada ente Loredo y Langre.
Según han indicado desde el partido en un comunicado, tras cruzar en kayaks y piraguas el estrecho que separa la playa de Los Tranquilos (Loredo) de la isla de Santa Marina, varias personas desplegaron una pancarta gigante que podía leerse desde Loredo, con Santander y la bahía como telón de fondo.
Con esta acción reivindicativa, señalan desde Cantabristas, se pretende movilizar a la sociedad cántabra para exigir medidas con las que se cambie el modelo turístico «de la masificación» y mitigar las «consecuencias negativas» que esta situación, a juicio del partido, está provocando para la gente que vive en Cantabria durante todo el año.
De este modo, el partido, que desde hace varios años viene denunciando las consecuencias negativas de la especulación descontrolada y la masificación turística, da un paso al frente para movilizar a la sociedad cántabra. «En otros lugares la población ya se está movilizando y exigiendo medidas para cambiar las cosas. ¿A qué estamos esperando para reaccionar? Solo si nos movilizamos para que el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar y el Gobierno de Cantabria escuchen a las vecinas y a los vecinos podremos parar la destrucción de nuestra tierra», afirman.
Según señalan desde esta formación, el complejo turístico que se pretende desplegar en una extensa área natural entre Loredo y Langre se compone de 350 segundas residencias y de un campo de golf, lo que supondría, a juicio Cantabristas, «la destrucción irreversible de una parte muy importante de nuestra costa, de nuestro paisaje y de nuestra naturaleza, solo para que una promotora inmobiliaria se llene los bolsillos».
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