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Era noche cerrada y la niebla apenas permitía ver a pocos metros de distancia. Blanca Asensio y su marido observaron el pasado viernes desde la ventana de su casa, en Anero, cómo un camión atravesaba una carretera cercana junto a la que corre un pequeño riachuelo. «Será el vecino», comentaron, y cerraron la persiana para evitar que entrara el frío nocturno. Pero cuando se despertaron a la mañana siguiente, el tráiler seguía allí.
El matrimonio se acercó y ya pudo ver con claridad que el remolque se encontraba, prácticamente en su totalidad, encima del río que circula junto a la vía. La cabina, por el contrario, estaba recta sobre el asfalto. Así conocieron a Janduda, un camionero polaco de unos 60 años que la noche anterior había decidido recorrer un tramo de carretera demasiado estrecho para las grandes dimensiones del vehículo que conduce desde hace años. «Nos dijo que el GPS le guió por esta zona», explicaba Asensio, que supone que las malas condiciones meteorológicas desencadenaron el incidente. Es la cuarta vez que pasa algo parecido en esta zona. De hecho, «hay un cartel a pocos metros en el que se advierte de que el paso está prohibido para los camiones de gran tonelaje», completaba el alcalde del municipio –Ribamontán al Monte–, Joaquín Arco.
Joaquín Arco | Alcalde de Ribamontán al Monte
El edil apuntaba que el cansancio acumulado después de varias horas de carretera también pudo contribuir al despiste. Y es que el tráiler, que alberga en su interior 22.000 litros de cerveza Estrella Galicia, se había desplazado desde Polonia a Galicia para recoger la mercancía. Con el remolque lleno, Janduda había recorrido el norte de España y se encontraba ya a pocos kilómetros del Puerto de Santander, punto en el que embarcaría en un ferri mediante el que trasladaría la carga hasta Inglaterra. «Es posible que se desviara buscando una gasolinera que está cerca del lugar del accidente», indicaba Arco.
Respecto al posible error del GPS, apuntaba que este tipo de dispositivos cuentan con modalidades para coche y para camión. «Si conduces un tráiler, el GPS adaptado no te muestra este tipo de rutas, supongo que el suyo no contemplaba esta opción». Asensio y su marido atendieron a Janduda el sábado por la mañana y lo invitaron a su casa, donde le ofrecieron un café. «Es lo que hay que hacer. El hombre no conoce el idioma ni la zona y no cuesta nada ser amable», apuntaba la mujer, restando importancia a su acto de generosidad. El matrimonio llamó al número de emergencias para informar de lo ocurrido y hasta la zona se desplazaron la Policía y la Guardia Civil, que tomaron nota de lo ocurrido. «Comprobaron que el camión no perdía gasoil y apuntaron el testimonio de Janduda».
Pero levantar el vehículo requiere un procedimiento más largo. La empresa propietaria, DSV, debe hacerse cargo a través de su seguro. Y cinco días después del accidente, el tráiler y su conductor seguían esperando a ser auxiliados. «Tienen sede en Madrid, pero hemos llamado y nos remiten a Polonia. Aseguran que no depende de ellos», narraba Arco. «Sea quién sea el responsable, es inhumano tener a un trabajador abandonado». Y es que Janduda ha dormido todos estos días en la cabina del vehículo, asegurándose de no descuidar la mercancía.
Blanca Asensio | Vecina
El paso de los días han permitido que el polaco y sus improvisados vecinos desarrollen una relación que ya es cercana a la amistad. Desde el primer momento le ofrecieron una cama, ya que viven en una casa grande en la que hace años habitaban también sus hijos. «Ahora solo somos dos y no nos cuesta nada hacerle hueco», aseguraba Asensio. Ella, profesora ya jubilada, se apuntó hace varios años a clases de inglés. «Como afición», describía. Quién iba a decirle en aquel entonces que gracias a estas enseñanzas podría ayudar a un hombre accidentado a pocos metros de su casa. «Le invitamos a comer y dormir, aunque solo acepta algunas galletas porque dice que tiene alimentos en la cabina. Entiendo que lo hace para no molestar, aunque no nos cuesta nada». Estas jornadas en contacto les han permitido conocerse más y Janduda les ha enseñado fotografías de su mujer y de sus cuatro hijos. «También hemos intercambiado las direcciones para cartearnos cuando regrese a Polonia», relataba. Hace hincapié en la bondad del hombre que, aunque apenas viaja con nada, ha regalado a la pareja un libro biográfico del papa Juan Pablo II en señal de gratitud. «Está en polaco, tendré que utilizar algún traductor para poder leerlo», ríe la mujer, agradecida con el gesto de su nuevo amigo.
El camionero ya está cansado y tiene ganas de regresar a Polonia. Desde DSV, indicaba Arco, enviarán hoy la grúa del seguro y trasladarán al hombre de vuelta a su país. «Desde la sede española nos dieron largas durante varias jornadas, pero parece que por fin vendrán a auxiliar al hombre», contaba el edil. Si todo marcha según lo previsto, Janduda no tardará mucho más en llegar a su casa y reunirse con su familia.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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