Cincuenta pilas gigantes en Fuente Las Varas

Fue el pasado mes de marzo cuando esta compañía con sede en Córdoba pidió al Gobierno central la solicitud de determinación de alcance del estudio de impacto ambiental para levantar esta instalación, pensada para captar energía de la red en momentos de máxima generación renovable -a precio muy barato- y venderla en momentos de mayor necesidad. Cuando haya picos de demanda y con un precio más elevado. Esta nueva tecnología se llama 'stand alone' y está ideada para dar respuesta a las nuevas necesidades de almacenamiento ahora que los parques solares y eólicos están proliferando por todo el país. Tras este primer paso de la compañía, será el Estado el que tenga que analizar el expediente y emitir una primera opinión -no definitiva- tras escuchar a las partes afectadas.

Partes afectadas como el Ayuntamiento de Solórzano, el municipio donde se encuentra la finca, de titularidad privada. A falta de conocer más detalles, su opinión no es muy favorable. Más bien todo lo contrario. «Ya tenemos suficientes problemas», explica el alcalde, Santiago Campos, en referencia a los trastornos que causa a los vecinos de este entorno la subestación eléctrica. La cercanía de esta subestación -está a 663 metros- es, precisamente, lo que ha llevado a la compañía a elegir esta ubicación. Se trata de un terreno de 1,8 hectáreas que estaría delimitado por el vallado perimetral. Para conectar ambas instalaciones -la subestación que ya existe y este nuevo proyecto que aún requiere superar muchos trámites- se tendrían que levantar cuatro torres de alta tensión.

«En caso de que se haga, nos gustaría que esa conexión se hiciera bajo tierra», insiste el regidor. Además de los impactos paisajísticos, al responsable de la Corporación le preocupa especialmente el impacto acústico. Porque dentro de cada contenedor o «unidad modular» estará la batería y también un sistema de refrigeración, que, por sus averiguaciones, puede llegar a generar importantes molestias. Cada una de estas 'pilas gigantes' tendrá un peso de 24 toneladas y unas dimensiones exactas de 9,34x2,52x1,73 metros. En eso se basarán las alegaciones que presenten ante el supervisor ambiental.

Otro punto que levanta dudas son las características del terreno, con una pendiente de «casi el 17%» que tendría que estabilizarse previamente antes de colocar las baterías. En total, el proyecto requeriría una inversión de 33 millones de euros. En caso de que se inicie, los trabajos estarían concluidos en el plazo de 14 meses. No requeriría construir un nuevo acceso por carretera porque ya existe uno desde la carretera autonómica CA-266.

Campos lamenta que la empresa Rolwind haya empezado a mover los papeles sin ponerse en contacto previamente con el Consistorio. De hecho, lo que saben sobre esta nueva tecnología se debe a que hay una segunda compañía que también tiene interés en la zona -lo que da idea de las bondades del lugar para instalar este tipo de almacenes energéticos- para un proyecto similar. Similar, aunque algo más dimensionado, por lo que suena algo mejor en Solórzano. Si Rolwind ha propuesto 50 baterías con una capacidad de almacenamiento de 100 MW, que serviría para dar servicio a 30.000 hogares aproximadamente, la segunda se limita a 50 MW.

Si se cumplen las previsiones del Gobierno de España, habrá almacenes como el que se propone en Solórzano con la tecnología 'stand alone' -servirá para dar estabilidad a la red eléctrica y, teóricamente, también para abaratar los precios- en distintos lugares estratégicos de todo el país. Ya existen algunos en funcionamiento y otros muchos están en tramitación, aunque la mayoría no tan grandes. Además del cántabro, Rolwind quiere construir otro centro de este tipo en Grandas de Salime (Asturias), en este caso de 200 MW.