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Escoltada por agentes y con el susto aún en el cuerpo. Así es como salió del consultorio rural de La Cavada (Riotuerto) la pediatra ... que acude los miércoles por la mañana (de 08.00 a 11.00 horas) tras sufrir una «violenta» agresión verbal protagonizada por la madre de una paciente, disconforme con «la orientación diagnóstica» recibida, según el relato de la afectada, que prefiere hablar desde el anonimato. «Me asusté mucho por su comportamiento agresivo, y eso que en mi carrera he conocido casos conflictivos; me gritó y golpeó la camilla, cuando siempre he actuado de manera adecuada y con la mayor humanidad», defiende la pediatra, que valora pedir asistencia psicológica al Colegio de Médicos de Cantabria.
El episodio ocurrió poco antes de terminar la consulta -sobre las 10.45 horas-, cuando la presunta autora de la agresión acudió a pedir unos informes a la pediatra, que hace meses que no ve a la paciente, «porque dejaron de venir», indica. «La última consulta fue en septiembre de 2024, cuando le recomendé realizar unas pruebas que consideraba que podrían contribuir a determinar el diagnóstico de su hija».
274 agresiones
agresiones a profesionales sanitarios se registraron a lo largo del año pasado en Cantabria
Desde entonces no había habido ningún tipo de contacto. Hasta que la mañana del miércoles la mujer se acercó al consultorio de La Cavada. Como no había pedido cita y había pacientes programados, tuvo que esperar. «Cuando la llamé, ya se había ido, pero al rato volvió». Al entrar en la historia clínica para buscar los informes solicitados, la médico se percató de que las pruebas en cuestión seguían sin hacer. Y al retomar la recomendación de que se realizaran, estalló el conflicto. «Reaccionó de forma muy violenta, gritando que yo estaba equivocada. Una escena de la que fue testigo mi enfermera».
Cuando se marchó, llamaron al médico del consultorio, «aunque la mujer aún volvió una segunda vez porque necesitaba esos informes». La peculiaridad de este centro, explica la afectada, es que la consulta infantil y la del médico de familia están «separadas por una pared. No se comunican entre sí. Hay que rodear el edificio por fuera para ir de un sitio al otro. Y al no tener ni celador ni personal administrativo, la enfermera y yo pasamos mucho tiempo solas», explica. Una situación que, tras la experiencia vivida el miércoles, califica de «peligrosa». Esa sensación de indefensión es lo que le hizo echarse «a llorar y temblar» tras el enfrentamiento y lo que le ha llevado a decidir que no volverá a prestar asistencia en ese destino, que compartía con su puesto de trabajo en Rubayo (Marina de Cudeyo).
Tras este episodio violento, ocurrido dos semanas después del registrado en el centro de General Dávila (Santander), la pediatra presentó denuncia ante la Guardia Civil, que ha solicitado una orden de alejamiento para la agresora; tramitó la comunicación de acto violento al SCS e informó de lo ocurrido al Colegio de Médicos. Desde la Gerencia de Atención Primaria se ha ordenado el cierre de la consulta pediátrica de La Cavada, aunque fuentes del SCS precisan que «es transitorio, porque la idea es reabrirla lo antes posible». Un tiempo que dependerá de lo que se tarde en dar con otro profesional que cubra ese hueco dada la escasez de pediatras que arrastra Cantabria.
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