La cruz de los caídos de Liérganes aparece tirada en una cuneta

Antes de las 10.00 horas de la mañana de ayer la cruz de los caídos ya había sido localizada. Fue un vecino del barrio de La Iglesia, que al llevar a sus hijos al colegio se topó con ella. La escultura pétrea estaba tumbada sobre la hierba, junto a la carretera. «Había sido depositada con cuidado, no está dañada», explica el alcalde, Santiago Rego (ULP), que se trasladó hasta el lugar en compañía de parte de su equipo de gobierno. Ahí se esperó a que acudiera la Guardia Civil, donde el Ayuntamiento ya había interpuesto una denuncia por la desaparición, para que se levantara el correspondiente atestado.

Sigue sin saberse quién es el culpable del viacrucis sufrido por la cruz, que en la noche del sábado al domingo fue arrancada y dejada a los pies de su pedestal y la siguiente noche robada. Lo que prácticamente se puede dar por probado es que fueron varios los artífices porque ayer, una vez hallada, para el traslado a dependencias municipales fueron necesarias cuatro personas, entre ellas el propio regidor, junto a dos concejales y un peón de la brigada de obras. En total cuatro personas arrimaron el hombro.

Por avatares de la vida, quienes hace una semana levantaban la mano para retirar la cruz de los caídos de su lugar, en cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica, ayer alzaban la cruz para recuperarla. «Forma parte del Inventario de Bienes del Ayuntamiento, y tenemos que velar por ella», explica Rego, que a su vez hizo hincapié en que «ha sido un episodio lamentable de no respeto a los acuerdos plenarios». A su vez insiste en que «lo ocurrido es un delito y la Guardia Civil va a seguir investigándolo como tal».

El pleno aprobó la retirada de la cruz hace hoy dos semanas, y tan siquiera se había concretado los detalles ni solicitado un presupuesto para la actuación. Lo que está claro es que la plaza será remodelada una vez se retire al completo el monolito −todavía queda el altar con el mensaje de 'Caídos por Dios y por España. Presentes' que sostenía la escultura. No obstante, no se había tomado una decisión respecto a la cruz, que finalmente parece que pasará a manos de la Iglesia.

El párroco de pueblo, Hilario Obregón, el pasado lunes justo pocas horas antes de conocerse la desaparición, propuso al Ayuntamiento que le fuera donada la escultura, sin ningún tipo de inscripción, para ser ubicada en alguno de los templos de Liérganes. Ayer Rego confirmó que esta «muy agradecido»con Obregón, por dar al símbolo «el lugar que merece y conseguir que la cruz no termine durmiendo el sueño de los justos en un almacén».