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El puente entre Somo y Pedreña, con evidentes signos de desgaste y deterioro 46 años después de su construcción, será rehabilitado por las empresas Cuevas y Comsa por 3,6 millones de euros. El proyecto de reforma llevaba paralizado desde 2023, al haberse convertido ... en un daño colateral del 'caso Obras Públicas', ya que, en primera instancia, la adjudicación se la llevó una de las empresas investigadas (Rucecan, API Movilidad, La Encina y Cannor) en la trama del funcionario imputado. Por eso, el expediente del puente de Somo era uno de los once que el consejero de Fomento, Roberto Media, se encontró paralizados cuando llegó al cargo el verano pasado, y no ha sido hasta ahora, tras iniciar de nuevo todo el proceso, cuando se ha podido adjudicar la obra de forma definitiva.
En total, se presentaron ocho ofertas. La de Cuevas-Comsa no fue la más baja económicamente, pero remontó los puntos en la experiencia de su personal en obras similares y en el apartado técnico, lo que le otorgó la mayor nota global.
Cuevas lleva desde 1958 trabajando en Cantabria en multitud de obras, como el recinto de elefantes y búfalos en Cabarceno, la terminal de control de fronteras en el Puerto de Santander y el acondicionamiento de la explanada de Gamazo, entre algunas de las más recientes.
Por su lado, su socia en este trabajo, Comsa, es una corporación centrada en la ingeniería civil con más de 130 años de historia. Además de contar con delegaciones en buena parte de España, también tiene sedes en varios países de Europa y Latinoamérica.
El puente entre Somo y Pedreña se inauguró en 1978 y sirvió para salvar los 320 metros que durante siglos mantuvieron separados a los municipios de Ribamontán al Mar y Marina de Cudeyo. A lo largo de los años, ha sido expuesto a «un ambiente marítimo altamente agresivo», según el análisis que se puede leer en la web de Cuevas, lo que «ha acelerado su deterioro estructural». Las patologías identificadas en la estructura incluyen una grave corrosión de la armadura de acero, exfoliación y rotura de los recubrimientos de hormigón, así como una alta concentración de cloruros en el material, que «comprometen seriamente su durabilidad».
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