Danzas solidarias desde Solares hasta La Palma

«¿Qué fiesta se celebra hoy?», es lo que se preguntaría más de un vecino despistado de Solares el pasado domingo 14 cuando el sonido del pito y el tambor les dio los buenos días. Sin embargo, no había festejo alguno, esta vez los del grupo de Danzas San Pedruco de Medio Cudeyo no salieron para honrar a ningún patrón, como es tradición en las fechas señaladas, sino por una causa benéfica. Más concretamente para reunir fondos que puedan ir directamente a apoyar a los afectados por el volcán de La Palma. Así que a ellos irán los más de dos mil euros que obtuvieron con sus bailes de palillos.

Al asomarse los vecinos a la ventana tras escuchar la música, o el timbre, desde abajo los chavales vestidos con sus trajes tradicionales les preguntaban sus apellidos. Una vez saciada la curiosidad, uno de ellos gritaba: «¡Por la salud de la familia Fernández, que viva por muchos años!» y daba comienzo la danza. Al término, se les pedía la voluntad a los apelados. «Como mucho suelen dar 20 euros», dice Eva Villa, responsable de la Escuela de Folclore de Medio Cudeyo. La entrega no puede ser más expeditiva, con un lanzamiento desde la ventana al siempre solicito bolsero, encargado de recoger las propinas. «Los que ya tienen costumbre y saben cómo funciona meten el billete en un sobre con algo de peso, o lo más habitual es que lo tiren agarrado con una pinza», describe Villa.

La misma escena se repitió durante el pasado domingo por cada casa y portal. Y también por cada negocio, a los que igualmente se les ofrecieron los correspondientes vivas. Se trata de toda una costumbre que mantienen los danzantes de Solares, pero lo cierto es que aquí la danza de palillos y el ir casa por casa sólo tiene lugar el 29 de junio (San Pedro) y el 16 de agosto (San Roque), de ahí que no les esperase danzando por las calles en pleno noviembre. Pero la ocasión lo merecía, porque los integrantes quisieron hacer lo que mejor saben hacer para recaudar fondos para Canarias.

Tanto es así que el grupo optó por algo sin precedentes, y es que para abarcar más territorio se dividieron en tres cuadrillas (con ocho integrantes más el bolsero y sus respectivos piteros), cuando normalmente salen todos a una. «Entre ellos establecieron cierta rivalidad por ver quién conseguía más donativos», dice la directora. Toda una competencia sana que sirvió para reunir un total de 2.277,41 euros. «Mucho mejor de lo esperado», valoraban las chicas del grupo de mayores, algo que achacaban a que «han anunciado mucho la iniciativa».

Una labor divulgativa nada desdeñable según las danzantes. «Cuando bailamos otras ocasiones mucha gente no sabe que es tradición dar la voluntad al finalizar», explica una de las jóvenes, Zulema Pelayo, de 15 años. Una circunstancia que esta vez no se ha dado tanto porque «al estar tan publicado y explicarse que era una labor benéfica ya sabían que había que aportar algo». En las otras ocasiones lo obtenido en la jornada se reparte entre los componentes a modo de propina, pero esta vez no ha sido así. «Estamos encantados de poder colaborar en que recuperen parte de lo que han perdido», dicen las chicas.

También los más pequeños están más que concienciados con el drama que llevan soportando desde hace casi dos meses los vecinos de La Palma. De hecho, fue uno de los benjamines, Edgar Setién, vecino de La Rañada, quien propuso salir a conseguir donativos. «A Eva y a mis compañeros les pareció buena idea», recuerda el chaval, mientras otra de las danzantes añade que «el dinero tenía que ser para ellos, lo necesitan más que nosotros». Eso sí, los de Solares también se llevaron su pequeña recompensa por su altruismo, porque en algún que otro negocio les dieron una bolsa de chucherías «¡gratis!», como gritaba emocionado el bolsero mientras corría a compartirlo con el resto.

El grupo de Danzas San Pedruco ya ha enviado lo obtenido a La Palma junto a una carta que los pequeños han redactado en la que se presentarán y exponen cómo han conseguido los fondos que les hacen llegar «con una danza tradicional llamada el baile de palillos», con lo que también quieren dar a conocer las costumbres de la zona en Las Canarias. En especial, han optado por destinar la donación al Colegio Público Los Campitos, en Los Llanos de Aridane, con la esperanza de ayudar a reconstruir el centro, que quedó sepultado por la lava.

No obstante, no es necesario montarse en un avión ni en un ferry para dar con un lugar en el que esta tradición se desconoce. De hecho, no hay ni que salir del municipio. «La gente del pueblo sí que nos suele conocer, pero a muchos todavía les llama la atención, sobre todo nuestros trajes les paren muy bonitos», dice Zulema. Por su parte, los más pequeños aseguran que «a algunos compañeros de clase» les parece «raro» cuando cuentan que hacen bailes tradicionales.

Tanto que «algunos se ríen» dice Edgar, pero el resto del grupo se apresura a aclarar que «los amigos de verdad nos apoyan y vienen a vernos bailar», esgrimen Adrián y Marilia. Con todo, ellos son el futuro de la tradición, y han hecho que sus palillos, dentro de sus posibilidades ya que el volcán ruge con mucha fuerza, resuenen en pleno Atlántico. Y aunque su aportación no es ni de lejos suficiente para curar los estragos que la lava ha dejado a su paso, un grano y otro hacen una montaña.

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