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Ya en julio de 2021, cuando se iniciaron las obras para construir un embarcadero en la ría de Cubas, el alcalde de Ribamontán al Monte, Joaquín Arco, expresó su deseo de que los trabajos estuviesen concluidos en septiembre y la nueva infraestructura lista para practicar ... deportes náuticos. No sucedió. Las obras se paralizaron dos meses después por mandato del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, que admitía a trámite un recurso de Ecologistas en Acción, al considerar que la actuación «podía afectar a los valores medioambientales protegidos de la zona». No se cumplió la expectativa del alcalde entonces ni en los veranos sucesivos -las labores continuaron suspendidas cautelarmente- y tampoco será una realidad por ahora. El regidor lo volvió a decir ayer, que después de tres años, lamentaba ver como pasa otro verano sin embarcadero en la ría de Cubas. El proyecto para levantar esta infraestructura en un enclave donde en su momento se ubicó un puerto fluvial, lleva años siendo uno de los planes más esperados de Ribamontán al Monte. Una iniciativa que se fue a pique después de que un juez considerara que suponía un perjuicio para el hábitat en el que se enmarcaba.
Desde entonces los trabajos siguen en 'standby, a pesar de que el TSJC emitió un fallo el pasado mes de febrero en el que desestimaba las alegaciones de los conservacionistas y secundaba la autorización de la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Crotu) para levantar el embarcadero. ¿Por qué no se retoma entonces la actuación? «porque ahora la otra parte -es decir, los ecologistas- ha vuelto a apelar al Supremo y hay que esperar a la sentencia definitiva para concluir los trabajos, muy a mi pesar», dijo ayer el alcalde, Joaquín Arco. «Espero que el año que viene ya nos hayan dado la razón», expresó.
Lo bueno para el regidor es que antes de que el TSJC paralizase las labores en 2021, la entonces Consejería de Turismo, que financió el proyecto valorado en unos 40.000 euros, ya había avanzado bastante en la construcción de la infraestructura. «Tan solo queda por instalar el pantalán, una estructura flotante de 6 por 2,5 metros». También «será necesario acondicionar la zona de nuevo después de todo este tiempo sin que se haya podido hacer nada», apuntó Arco. «El entorno está recién segado, pero tal y como se encuentra ahora, no nos interesa que venga la gente, sobre todo por seguridad». Hay zonas con pintadas y maleza y el aspecto es de abandono. «Aunque la denuncia de los conservacionistas va contra la autorización de la Crotu, nosotros, como Ayuntamiento, somos la parte agraviada, porque queremos terminar de una vez con el embarcadero, y de momento no podemos hacerlo», dijo indignado el alcalde.
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