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La ría de Solía, en Villaescusa, en una imagen de archivo. DM
La Fundación Naturaleza y Hombre niega que se hayan talado árboles autóctonos en la Ría de Solía

La Fundación Naturaleza y Hombre niega que se hayan talado árboles autóctonos en la Ría de Solía

La FHYN tacha de «falsas» las críticas de Podemos contra la restauración ambiental y asegura que se ha centrado en coto a las especies invasoras que ponen en riesgo la biodiversidad del entorno

Javier Gangoiti

Santander

Miércoles, 20 de enero 2021, 17:49

Las críticas de Podemos Cantabria a la restauración ambiental de las marismas de Morero, en Villaescusa, han provocado el rechazo de la Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH), impulsora de estas labores. Después de que el secretario de medio ambiente de los morados, Pablo Gómez, tildara los trabajos como «una de las mayores barbaridades ambientales que se hayan perpetrado nunca en Cantabria», la FNYH, en palabras de su presidente, Carlos Sánchez, ha lamentado la «politización de este asunto» para negar todo lo expuesto por la organización política: «Es completamente falso. En ningún momento se ha talado ningún bosque de especies autóctonas. Se han eliminado especies invasoras -plumero y falsa acacia- que se habían plantado hace varios años y que habían colonizado todo ese espacio, acabando con la biodiversidad de la zona y creando una masa impenetrable de acacias y plumeros que ahogaban las pocas especies de árboles autóctonos presentes». La actuación, repartida en una superficie de 9,9 hectáreas (ha), sigue los protocolos científicos establecidos y avalados por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), «la entidad internacional de mayor prestigio en esta materia», como apostilla la organización, antes de garantizar que los posibles 'daños colaterales' que puedan seguir a estas labores, como «el derribo por el viento de un escaso número de árboles autóctonos que se quedaron más desprotegidos», serán subsanados con la «plantación de más de 5.000 especies en la zona».

Para los naturalistas de la fundación hay una premisa muy clara. Su actuación, denominada 'Restauración de humedades litorales: Ría de Solía', se propone únicamente restaurar «una zona en desuso, profundamente degradada y así catalogada en el inventario de áreas degradadas, para recuperarla como un espacio verde que pueda ser disfrutado por la ciudadanía cuando la actuación finalice». De ahí la «responsabilidad para todos» que supone, dicen, ser contundentes con las especies invasoras, la que es considerada «la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo». Los trabajos de recuperación iniciados en Morero quieren poner coto precisamente a la que es reconocida en este ámbito como «una de las cien especies más dañinas del mundo y entre las veinte más peligrosas de España»: la acacia.

El desencuentro surge en la forma en que, según los morados -que habla de «atentado ecológico bajo la excusa de proteger la naturaleza» y espera explicaciones de la consejería de Medio Ambiente y la de Cultura-, se está desarrollando esa lucha contra la plaga. Gómez fue muy claro en el comunicado de Podemos: «El destrozo es enorme, han arrasado un bosque, rociado de herbicida un humedal, modificado cauces, creado lagunas artificiales donde antes había árboles y de paso se han cargado todo el patrimonio minero que tenía la zona». Al otro lado de la polémica, Carlos Sánchez ha querido ser rotundo y negar la mayor: «Ese bosque de alisos, castaños y robles sigue estando en el mismo sitio que estaba y no se ha realizado ninguna actuación sobre él».

Tampoco coinciden unos y otros en el número de especies que viven en la zona. Podemos habla de 200 en su misiva; la FNYH, por su parte, niega haber obtenido «nunca» datos similares desde que empezó a censar la zona en 2017. Según estos últimos, los morados dan datos «completamente erróneos» de la biodiversidad presente en la zona de actuación. «La zona de la ría de Solía tiene una superficie total de 350 hectáreas: entre ellas hay una zona bien conservada y con mucha biodiversidad en la que no es necesario trabajar, pero la actuación se ha producido exclusivamente en una zona de 9.9 ha, en las que se ubicaba la masa de acacia y plumeros y en las que no existía esa biodiversidad», desmienten desde la fundación, que reconoce únicamente la existencia de una especie de especial protección censada en ese entorno, cuatro parejas de milano negro 'Milvus migrans', cuya nidificación en los árboles ha sido respetada «en todo momento».

Finalmente, el presidente de la FNYH niega que los trabajos dañen cualquier tipo de patrimonio arqueológico en esta marisma, «donde no hay ningún elemento catalogado oficialmente ni hemos constatado la existencia de ningún cargadero de mineral salvo unas ruinas sobre la que no se ha hecho ninguna actuación a excepción de la eliminación de plumeros a su alrededor».

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