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La erosión que afecta al sistema dunar de Somo y Loredo se acentúa a pasos agigantados tras el fuerte oleaje de febrero y marzo, que ha arrastrado capas de arena hasta formar un abrupto talud de casi un metro de altura en la zona próxima a la orilla, que se añade a los más de 60 metros de profundidad que lleva perdidos el arenal.
En la zona próxima al agua se han desenterrado rocas antes cubiertas por la arena y la erosión también ha afectado a la parte alta de la playa, donde cada vez asoma de forma más evidente la el antiguo acantilado.
Desde el Instituto de Hidráulica de Cantabria (IH) ya se ha alertado, tras los estragos causados por anteriores temporales, acerca de que el problema, «más allá de la pérdida de belleza paisajística, reside en que, derribada la duna, el oleaje de los temporales no encontrará barreras a su paso para entrar con fuerza a la urbanización de Somo».
Ante esta situación en la que el sistema dunar se desmorona, el IH ha solicitado reiteradamente a Costas y a la Autoridad Portuaria que realicen un estudio con mediciones del terreno y datos exactos de lo que está ocurriendo y el ritmo de retroceso.
«Para proponer soluciones se necesita un diagnóstico correcto, lo que requiere de un estudio con mediciones hechas sobre el terreno, datos precisos del escape de arena, no estimaciones, y ver dónde retrocede. El último estudio de El Puntal lo hizo el IH hace 20 años y después no se ha vuelto a tocar este tema», indicó el investigador del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, César Vidal.
Los temporales moldean a su gusto el paisaje de El Puntal, y el de los últimos días ha dado un pequeño mordisco a la duna situada frente a la gran roca en mitad de la playa, en la zona próxima a Somo. «Si no se toman medidas para revertir la situación, la erosión seguirá avanzando en El Puntal hasta que el sistema dunar entre Loredo y Somo desaparezca y sólo haya acantilado», advirtió Carlos Ley, biólogo de Ecología Litoral, la empresa que gestiona el invernadero de Loredo, dedicado a la reforestación dunar.
El arenal se está descalzando y las medidas para su estabilización pasan por sembrar plantas dunares que eviten la fuga de arena con el viento y el oleaje, como ya se ha hecho en zonas de esta playa, «con resultados positivos, pues se ha logrado restablecer las dunas y que estas ganen tres metros de altura», según explicó el biólogo.
Los pasos propuestos por esta empresa para evitar que la erosión acabe llevándose el sistema dunar son: «Que la arena que se draga en la bahía se lleve allí; después, replantar con especies dunares para fijar la arena; por último, proteger mediante mamparas de mimbre, que son muy eficaces y de bajo coste».
Los habituales de esta playa saben que cada invierno el arenal se ve afectado por los temporales. «La playa lleva cuarenta años perdiendo arena y la duna afectada ha retrocedido 60 metros», destacó el investigador. Una posible acción para frenar la erosión sería «detener el crecimiento de El Puntal, que ha aumentado 800 metros en un siglo, muchísimo. Se podría, así, restablecer el equilibrio de esta playa de una forma artificial, ya que la duna de Loredo pierde arena hacia la bahía», explicó Vidal.
Por lo tanto, el IH propone la acción de dragar cada año la bahía y devolver la arena de El Puntal a Loredo. «Como ya se draga en la canal de navegación, no supondría un coste elevado; sin embargo, dragar en alta mar requiere de un alto presupuesto», finalizó Vidal.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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