La historia de Solares sólo sabe a agua

El relato parte de los mismos orígenes del balneario, y traslada al lector a la idea primigenia plasmada en los dibujos y planos encargados en 1827 por quien fuera el primer propietario de la llamada casa de baños de Fuencaliente, José Ramón de los Cuetos, en cuya casa solariega de Sobremazas se conserva aún uno de los archivos privados más interesantes de Cantabria. Ese boceto terminó por convertirse en realidad y creció hasta desbordar los límites de esa concepción inicial.

Todo ello está reflejado en la nueva publicación, desde el origen hasta los años de mayor esplendor del balneario, convertido en un club social y frecuentado lugar de veraneo en Cantabria, hasta el crecimiento de la embotelladora a su punto álgido, con cifras de 100.000 botellas de venta anual. Todo, sin olvidarse de los momentos más convulsos de Agua de Solares en la década de 1970, con el rescate por parte de la entonces Diputación Provincial y la posterior venta al grupo empresarial que consiguió reflotar la planta embotelladora y construir en los primeros años del siglo XXI «el moderno balneario con el que Solares ha recuperado su antiguo esplendor como villa termal».

«El reto era contar 200 años en 126 páginas», concreta Ortiz. Para ello, los escritores decidieron dividir el texto en siete capítulos por periodos: 'Orígenes'; 'La casa de baños de José Ramón de los Cuetos (1828-1873)'; 'Ramón Pérez del Molino y su primera descendencia (1873-1897)'; 'Los años dorados (1897-1963)'; 'Solares, líder del agua embotellada (1973)'; 'Y de pronto una acelerada decadencia (1973-1987)'; y, por último, 'Hacia un nuevo esplendor (1987-2019)'.

Todo ello narrado con la ayuda de testimonios documentales. No sólo los dibujos y planos originales de la casa de baños, que es la primera vez que ven la luz, sino también numerosas fotografías, postales y con biografías de algunos de sus protagonistas, vistas de las principales construcciones, antiguos relatos periodísticos y otros contenidos relacionados con la hidroterapia, carteles publicitarios de Agua de Solares o diversos aspectos de la vida cotidiana del balneario, con sus fiestas y entretenimientos. «Agradecemos al Ayuntamiento su colaboración y a la dirección de Agua de Solares, que cuentan con un archivo muy importante, con material para mucho más que un libro», explica Busqué.

El libro, que ha salido adelante con el apoyo del Gobierno regional, ya está a la venta en las principales librerías de Cantabria, y en algunas del propio municipio de Medio Cudeyo. Asimismo, se puede adquirir en el propio balneario de Solares, que ahora cuenta con «una buena carta de presentación», recalcó Ortiz.

El trabajo de Busqué y Ortiz no se limita únicamente a hablar de la propia empresa, «una de las más antiguas e importantes de Cantabria», sino que la sitúa en su contexto. Es más, Ortiz afirma que «no se puede contar la historia de esta villa si no es acudiendo a lo que ha representado esta empresa para el crecimiento de la localidad» y ensalza el papel histórico de los balnearios como punto de reunión.

Ortiz, que tiene en su haber varios libros sobre Torrelavega, ya publicó en 2018 el título 'Cinco siglos en Las Caldas del Besaya, historia de un balneario'. «Es un tema interesante porque son empresas con una historia muy larga y muy vinculadas a la sociedad», dice el historiador. En el caso del de Solares, insiste en que «la gente venía a tomar las aguas desde Madrid y de otras partes de España. Si se hizo un casino, que hoy en día es un supermercado, es porque aquí había turistas». No duda en asegurar que «tener balneario es lo que hizo que Solares fuera conocido incluso antes de que fuera famosa su agua embotellada».

A este respecto, su compañero, Busqué, habla del caso de Agua de Solares como «un gran ejemplo de marketing, con una cuota de mercado de agua mineral de 90% del mercado en toda España, y que también se exportó a Francia, América y Arabia Saudí», un resultado que se consiguió «gracias a la prescripción de médicos», junto a la «original» publicidad y a anécdotas como la protagonizada por Salvador Dalí, que «llegó a decir en entrevistas que el agua de Solares era su LSD». Una tras otra, acciones que ayudaron a que todo el mundo supiera que el agua de Solares... sólo sabe a agua.